En tiempos de confusión ideológica aún se dejan ver las tramas más oscuras del colonialismo imperante en Chile. Del mapuche «sin alma», «flojo», «borracho», «delincuente», “terrorista”, “narcoterrorista” ahora pasamos a ser los mapuche “del rechazo”. Porque, según algunos supuestos intelectuales con bastante tribuna mediática, ahora tendríamos una especie de alianza táctica con la derecha chilena para “desestabilizar” el plebiscito constitucional a favor de los sectores más conservadores. Y claro, en este complejo escenario conspirativo, donde nuestra orgánica formaría parte de la reacción, es de esperar algún próximo artículo que siga denostando a nuestra organización por parte no solo de la derecha fascista, sino también desde aquellos que dijeron ser nuestros aliados.
Resultan preocupantes las posturas de la supuesta intelectualidad progresista, mapuche y no mapuche, que a estas alturas demuestran miopía analítica y cierta desesperación política. Desde un comienzo la CAM dejó claro que, si bien respetábamos y saludábamos el despertar del pueblo chileno (revuelta social), nunca confiamos en que la resolución del conflicto fuera mediante la administración neoliberal, en donde la derecha política y económica tomara de nuevo la iniciativa. Es en este marco que la plurinacionalidad, como propuesta para la causa Mapuche, resulta ser una medida vacía de fuerza territorial y con nula perspectiva de transformación, ya que más bien es un invento académico de una elite que busca espacios y cuotas de poder sin tomar en consideración la realidad de injusticias ni las necesidades reales de nuestro pueblo.
Lo que pasa desapercibido a los ojos de algunos pseudointelectuales es que las condiciones del gran capital y del colonialismo que han operado para despojarnos de nuestro territorio se han profundizado en las últimas décadas. La expansión forestal, la reconversión agropecuaria, el turismo de masas y la extracción de minerales son sólo algunas expresiones de un sistema que utiliza al wallmapu como un laboratorio para resolver su crisis, profundizando aún más la devastación y depredación de nuestro territorio ancestral. Por lo mismo, se han reforzado las contradicciones internas del capital ante un movimiento mapuche que resiste su expansión y le quita territorio para sus inversiones, lo cual impide su reproducción como modelo económico, obligándolo a buscar otras maneras de asegurar su persistencia. Las numerosas extensiones del «Estado de excepción » responden a este fenómeno, es decir, ante la pérdida de hegemonía territorial del empresariado forestal y la incapacidad del Estado para detener al movimiento mapuche, más el fracaso de las políticas de compra – venta de tierras, se debe militarizar el territorio y continuar con las políticas represivas para asegurar los intereses de la clase dominante.
En este contexto, desde la CAM, junto a otras expresiones autonomistas y revolucionarias de nuestro pueblo, hemos profundizado nuestro proyecto político, reforzando algunos planteamientos, ajustando otros y desechando aquellos que consideramos errados. Este proceso, naturalmente político, ha requerido años de debate y reflexión para consolidarse, y lo hemos decidido plasmar en nuestro libro Chem ka rakiduam. Sin duda, nuestra lucha sigue siendo por la recuperación territorial y la reconstrucción cultural, porque hemos visto en la práctica que esto logra solucionar la delicada situación social que pasan cientos y miles de familias mapuche sometidas a las políticas públicas chilenas. Son las recuperaciones territoriales la columna vertebral de nuestra estrategia, ya que en ellas podemos vivir con dignidad, sembrar, tener animales, hacer trawün, palin, nguillatün y fortalecer nuestro proyecto político sin afectar en lo más mínimo, y en esto somos enfáticos, al pueblo chileno empobrecido.
Es precisamente en este contexto que José Bengoa nos pide una tregua que, a su parecer, beneficiaría al pueblo de Chile y a los mapuche con otras posiciones. A primera vista, se nota que el señor Bengoa nos ha usado de objeto de estudio para posicionarse académica y políticamente, pero se nota que no ha leído nuestros comunicados ni nuestros escritos públicos y menos sabe de nuestra práctica política. Debe ser que conoce solo la parte de la historia mapuche que le es útil para remodelar el multiculturalismo chileno y que resulta funcional al poder dominante. Su propuesta lo ubica en la típica posición del colonizador hablándole al colonizado, intentando mostrarnos el camino correcto en este escenario. Ahora bien, si son las actividades productivas del gran capital, envueltas en una lógica colonialista que poco le interesa al señor Bengoa, las que han despojado nuestra riqueza comunitaria durante siglos arrojándonos a los rincones de la historia ¿por qué deberíamos dar una tregua al pueblo chileno? Nuestra lucha jamás ha sido contra el pueblo chileno y ni siquiera contra un “gobierno”, sino contra los intereses de las clases que componen al Estado en su modalidad capitalista y colonial. Por esto, sostenemos que nuestra lucha no afecta los intereses del apruebo, y le decimos a aquellos que están ahí que el problema no es nuestro proyecto de liberación, sino la acumulación de fuerzas que el apruebo no logró hacer para disputar el plebiscito. Por lo tanto, no cometan la torpeza de ubicarnos con el rechazo, pues esta opción encarna a los grandes capitalistas de Chile y ahí también están los intereses de la derecha económica y política de los usurpadores para quienes, como CAM, somos sus peores enemigos, tanto política, ideológica como militarmente. Y, a esta pseudo izquierda que se posiciona hoy en el gobierno, en la medida que se sigan alineando al empresariado, principalmente a las forestales, comprometidos en contra de la causa mapuche, los seguiremos confrontando y denunciando. Es por todo esto que exigimos respeto por nuestro proceso de lucha y ojalá que las desesperaciones políticas de algunos intelectuales serviles no sigan instrumentalizando la lucha de la CAM para un proceso del que no somos parte. El pueblo chileno y ciertos sectores Mapuche (asimilados) interesados en el plebiscito decidirán por su cuenta el destino de la constitución. Como CAM seguiremos en la senda de la reconstrucción Nacional y ahí vale el koyactun y el futatrawun de acuerdo a nuestro admapu, siempre respetando y asumiendo en este tiempo nuestro rakiduam, kimun ka feyentun Mapuche.
Por lo anterior, es que no podemos dejar de decir que la posición de Fernando Pairican juega en el mismo sentido de subestimación a nuestra expresión, sumando algunos datos e incorporando elementos sensibles de la historia mapuche, sobre todo cuando se refiere a la CAM pretendiendo con ello desvirtuarnos. Su tesis de las “vías” a la autodeterminación, por más sofisticadas que suenen, terminan ubicando al mapuche del weychan en una vereda “no política” y “rupturista”, mientras que al mapuche “gradualista” en una vereda “política”. Dejamos al lector discernir las similitudes entre estos planteamientos y la doctrina de la iglesia católica en la época colonial, donde se diferenciaba al indio bárbaro del civilizado dependiendo de su grado de sumisión e integración a las estructuras del colonato. Pairican construye una dicotomía funcional a la contrainsurgencia que el gobierno de Boric ha hecho suya: la única vía posible de resolución del conflicto es el diálogo integracionista y plurinacional que requiere, para ser posible, dejar intactos los intereses del gran capital en nuestro territorio. Resulta fácil hablar de este modo después de haber conseguido puestos académicos e institucionales redituando con nuestra historia.
Estamos conscientes que vendrán nuevas cartas y pronunciamientos al servicio de los poderosos con el objetivo de desprestigiar nuestra lucha. Pero insistimos, no es nuestra responsabilidad llamar a votar apruebo o rechazo, ya que nunca fuimos parte de este proceso. Y no es porque no creamos, como nos acusan, es porque NO ES NUESTRO, no es parte de nuestra cultura ni de los principios, ni formas que nos legaron nuestros futakevje kuifi yem (Antepasados y eso ya la hemos dejado clara en varias oportunidades. Y si después de todo esto algunas personas insisten en que el accionar de la CAM es servil a la derecha, es porque su racismo e intolerancia ya no tiene solución.
Como organización anticapitalista y revolucionaria Mapuche seguiremos en la resistencia y reconstrucción de nuestro pueblo Nación.
¡¡ No habrá tregua a las Forestales!!
Libertad a Daniel Canio , Luis Vasquez Tramolao, Luis Collonao, y demás PPM.
!!Por territorio y autonomía para la Nación Mapuche !!