COMUNICADO DE LA DRU-PM EN RELACIÓN A LA CRISIS EN EL EJÉRCITO NACIONAL
Las organizaciones, Ejército Revolucionario del Pueblo E.R.P., Partido Comunista de El Salvador P.C.S., Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” F.P.L., que formamos parte de la Dirección Revolucionaria Unificada Político-militar, siendo consecuentes con la unidad de las fuerzas del pueblo y comenzando a asumir las tareas que como Dirección Unificada de nuestras fuerzas se nos impone; nos pronunciamos de manera unificada frente a la actual crisis en el seno del Ejército y sobre sus consecuencias para la lucha de nuestro pueblo.
La crisis en el ejército, una consecuencia de la profundización de la lucha del pueblo.
La heroica lucha de nuestro pueblo y el desarrollo incontenible de la guerra popular, incide de manera cada vez más profunda en el agravamiento de la crisis económica político y social que vive nuestro país. En este marco se hace cada vez más evidente el fracaso de la fórmula juntista militar Demócrata Cristiana, apoyada por el imperialismo norteamericano, estremeciéndose todo el andamiaje del poder oligárquico de nuestro país. La crisis actual en el Ejército expresa con claridad el proceso de descomposición del poder oligárquico-imperialista y es un claro resultado de la lucha del pueblo.
Está muy claro que la Junta Militar Democristiana, sólo cuenta con el apoyo de la Alianza Productiva, el de Washington y el del sector fascista del Ejército; encontrándose totalmente aislada y enfrentada al pueblo salvadoreño; su programa de matanza y reformas, no ha logrado ni sembrar el terror en el pueblo, pese al salvaje terrorismo y represión; ni engañar a las masas campesinas con la demagógica reforma agraria y se empeña hoy en ensangrentar más y más al Ejército, lanzándolo contra su propio pueblo en operaciones combinadas con los cuerpos de seguridad, los que han dejado su huella de muerte y destrucción por todos los caminos y ciudades de nuestra patria.
Diariamente aparecen cadáveres de patriotas criminalmente asesinados por las bandas paramilitares, sin que este procedimiento detenga o debilite palucha popular, pues cada vez nuevos brazos se alzan a continuar la lucha armada contra la dictadura, acrecentándose el ejército Popular, que asesta cada vez golpes más certeros y demoledores a las fuerzas combinadas de la Junta Militar Demócrata Cristiana, igualmente al prestigio internacional de la lucha de nuestro pueblo y de su vanguardia: La Dirección Revolucionaria Unificada, ante esto el imperialismo incrementa su política de intervención en los asuntos internos de El Salvador y sus amenazas de agredir directa o indirectamente a nuestro pueblo.
La ingerencia descarada y abierta del imperialismo, se está haciendo más evidente con la presencia directa de tropa y oficiales norteamericanos en diferentes operativos militares contra el pueblo. Asimismo se ha denunciado ya la existencia de campamentos con varios miles de mercenarios que se encuentran en lugares fronterizos de Guatemala-El Salvador.
En el contexto de esta situación, ha aflorado la presente crisis militar, que no simplemente enfrenta a los miembros militares de la Junta por contradicciones a partir de una orden militar, como pretende plantearlo la Democracia Cristiana. La presente situación es una agudización de las contradicciones en el ejército que enfrenta a dos posiciones: militares fascistas y militares no fascistas.
En el fondo esta crisis nos muestra que la oligarquía ya no puede dominar a nuestro pueblo como antes y que esta situación en torno a la lucha por el poder y la dirección del ejército dentro del gobierno y las fuerzas armadas, no es otra cosa que la expresión de a crisis política generada por el avance de la lucha de nuestro pueblo, que busca derrumbar el carcomido y ensangrentado poder oligárquico, -levantado desde 1932- para construir un nuevo poder que represente sus verdaderos intereses políticos, sociales y económicos.
La Democracia Cristiana ha unido su destino al de los fascistas, y en su plañidera defensa de la institucionalidad encubre su complicidad con los sectores más criminales y reaccionarios de las fuerzas aunadas. Parece muy claro a nuestro pueblo y a la opinión pública internacional que: El grupito de jerarcas Demócratas Cristianos de nuestro país y fascismo, son hoy una sola y misma cosa.
A los militares honestos:
Los militares no fascistas deben saber que nuestro pueblo tiene una larga experiencia en golpes militares y que ha aprendido a distinguir con claridad entre las palabras y los hechos y que solo la derrota total política y militar de los fascistas, puede abrir paso a un acercamiento efectivo con nuestro pueblo.
El movimiento del 15 de octubre de 1979, dejó intacto el poder de los torturadores y asesinos que luego dominaron los puestos claves del ejército y continuaron totalmente a salvo en los cuerpos de seguridad con el apoyo de los estados Unidos; y aunque solo, la revolución podrá limpiar esta escoria, construir el poder popular y hacer justicia al pueblo, creemos que cualquier lucha orientada en este mismo sentido, puede significar un aporte al movimiento popular.
Pero para que estos aporte puedan contribuir de manera significativa y valedera, deben de tener en un primer y preponderante plano, al pueblo mismo, que debe ser siempre y en todo momento, el artífice político y militar de esa victoria que todos deseamos.
Sabemos que ahora, más de algún militar honesto ha comprendido que no son solo las buenas intensiones las que valen, hoy muchos habrán entendido lo que es en realidad la camarilla de la Democracia Cristiana de Duarte, Rey Prendes, Morales Ehrlich y otros, hoy han probado lo que es la mordaza y el servilismo de los medios de difusión y también vieron actuar al imperialismo al lado de los fascistas.
Todo esto viene a demostrar la validez de la lucha de nuestro pueblo y el objetivo estratégico de por qué es necesario construir un nuevo ejército. Y ese ejército ya esta naciendo y creciendo en las entrañas mismas de nuestro pueblo. Y en ese nuevo Ejército del pueblo, tienen un lugar los militares patriotas.
Los militares honestos y patriotas deben ante todo no permitir ser instrumento de alternativas pro-imperialistas, que aparecen cuando palucha de nuestro pueblo ha creado vacíos de poder. El pueblo debe ser el centro de las transformaciones revolucionarias de nuestro país.
El deber de todo militar honrado y patriota, que no esté de acuerdo en ser sirviente de la oligarquía, ni en masacrar a campesinos, obreros, estudiantes y maestros; es el de luchar junto a su pueblo y contra los fascistas, incorporándose al movimiento revolucionario.
¡Ningún militar patriota ha de disparar contra su pueblo!
¡Ningún militar patriota ha de torturar a un revolucionario!
¡Todo militar patriota tiene un lugar en el movimiento popular y revolucionario!
A nuestro pueblo le decimos:
Nuevamente queda demostrado que nuestra lucha está estremeciendo toda la estructura de dominación hasta en sus principales baluartes, el ejército oligárquico, y esto es también un efecto positivo de nuestra lucha.
La continuidad de nuestro accionar político y militar ha de profundizar aún más la crisis de las estructuras de dominación y habrá crisis en la Junta, en el Gabinete, en el Ejército y frente a esto el imperialismo nos presentará fórmulas que salgan al paso de nuestra victoria.
Frente a esto debemos estar alertas para saber entender cuál es nuestro verdadero y único camino para la conquista de nuestros objetivos.
Debemos en estos momentos fortalecer la unidad de las fuerzas del pueblo y sostener nuestra lucha buscando ensanchar la unidad de todas las fuerzas y en esta unidad tienen un lugar los militares patriotas y honestos.
El pueblo debe sostener y fortalecer aceleradamente sus instrumentos de lucha que son su garantía para la victoria.
El pueblo debe fortalecer y continuar incorporándose a sus gremios, sindicatos, frentes populares, milicias y unidades militares del ejército de liberación nacional, que estos son sus propios instrumentos y los que deben estar en el centro de todo el caudal de lucha de las fuerzas que se oponen a la dictadura militar Demócrata Cristiana y el imperialismo norteamericano.
¡Viva la unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas!
¡Viva la unidad de las fuerzas del pueblo!
¡Unidos combatiremos hasta la victoria final!