¡CON EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO, PENSAMIENTO GONZALO: HACIA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
Este 26 de diciembre recordamos y celebramos el 129 aniversario del Presidente Mao Tsetung, tercera gran cumbre del marxismo. Lo hacemos cuando vivimos hoy el peor momento de la sociedad peruana que expresa una crisis generalizada del capitalismo en lo ideológico, político, social y económico. Y lo hacemos enarbolando, defendiendo y aplicando el marxismo-leninismo-maoísmo, tercera, nueva y superior etapa de nuestra ideología universal, y el pensamiento gonzalo, arma ideológica estratégica, específica y principal para los comunistas peruanos.
El marxismo-leninismo-maoísmo, la concepción del proletariado, su verdad y vigencia, es el punto de partida para todos quienes en la faz de la Tierra somos comunistas; y a partir del marxismo-leninismo-maoísmo, en medio de la lucha de clases, comprendemos y transformamos la realidad nacional y mundial.
Como nos estableciera el Presidente Gonzalo, nuestro Partido Comunista sigue y seguirá bregando por la revolución en el Perú al servicio de la revolución proletaria mundial, tarea en la que jamás cejaremos persistiendo en nuestra ideología.
¿Qué nos muestra la actual situación del país? Que amplios sectores del pueblo están hartos de la explotación y opresión capitalista, rechazan un Estado que no los representa y van comprendiendo que a través de las elecciones no se transforma el país en beneficio del pueblo.
Son treinta años de capitalismo neoliberal con control absoluto del poder económico y político de las clases dominantes que ha hundido a nuestra patria en la peor crisis de su historia, con todos sus presidentes presos o acusados de corrupción y asesinato. En los últimos cuatro años y ocho meses ha habido seis presidentes de la república y existe un descontento generalizado de la población contra la democracia burguesa que beneficia a los corruptos grupos de poder y perjudica a las amplias masas populares.
La ultraderecha peruana ni siquiera quiso reconocer sus propias elecciones presidenciales al ver que perdían algo del control para sus beneficios económicos y políticos y maquinó sin tregua la vacancia hasta imponerla con un golpe congresal. Mas la caída de Pedro Castillo —una izquierda frágil, inorgánica y ecléctica como los hechos han demostrado—, al contrario de lo que intentan las clases dominantes, lo que está generando son mejores condiciones para la situación revolucionaria (cuando los de arriba no pueden seguir mandando como antes y los de abajo no quieren seguir viviendo como hasta hoy). Los sectores más empobrecidos, los «semianalfabetos» como racistamente los llama la ultraderecha, están movilizándose por todo el Perú, expresan su recia voz de protesta y, aunque han surgido como movimientos espontáneos y no tienen dirección proletaria, desenvuelven contundentes medidas de lucha y, cuándo no, son reprimidos y abaleados entregando sangre y vidas en su denuncia y combate contra este viejo orden opresor.
El estado de emergencia, el toque de queda, la matanza contra el pueblo ha sido la respuesta de la ultraderecha golpista y su presidenta Boluarte. Mas la sangre no ahoga la revolución sino la riega. Las lecciones aprendidas de la guerra popular son parte de la sapiencia colectiva del pueblo y certeramente las masas agitan «la sangre derramada jamás será olvidada». Los pobres sienten como propio el maltrato, el racismo, el odio que, desde el primer día que asumió su mandato el profesor rural Pedro Castillo, aplicaron las clases dominantes y sus compinches hasta su caída y siguen aplicándolos, pues es parte de su esencia reaccionaria, antipueblo.
Condenamos con ira de clase la represión y los asesinatos a mansalva, incluso contra niños de nuestro pueblo, y responsabilizamos a los jefes militares, policiales, a la ultraderecha congresal y su presidenta de facto por los execrables crímenes cometidos.
El maoísmo nos enseña a luchar con razón, ventaja y límite. El proletariado y el pueblo tienen que seguir su propio camino sin ponerse a la cola de ninguna facción de la gran burguesía ni de nadie, manteniendo con firmeza sus principales banderas. Y aunque la guerra popular que llevamos adelante desde 1980 no llegó a triunfar, sí desarrolló el camino del pueblo golpeando contundentemente a la semifeudalidad, el capitalismo burocrático y el imperialismo.
En la actualidad el camino del pueblo pasa por una asamblea constituyente con el pueblo y para el pueblo con plena libertad política que deseche el neoliberalismo, conquiste y amplíe derechos del pueblo, permita liberar a los prisioneros políticos de la guerra popular y a todos los presos políticos del Perú y sirva a la democratización de la sociedad peruana, sin olvidar jamás que la única y auténtica emancipación del pueblo solo se conseguirá con revolución socialista que acabe con la opresión y explotación capitalista rumbo a una nueva sociedad de verdadera armonía y libertad.
Una vez más, es oportuno recordar y sobre todo aplicar esta gran verdad del maoísmo:
Provocar disturbios, fracasar, volver a provocar disturbios, fracasar de nuevo, y así hasta la ruina: ésta es la lógica de los imperialistas y de todos los reaccionarios del mundo frente a la causa del pueblo, y nunca marcharán en contra de esta lógica. Esta es una ley marxista. Cuando decimos que el imperialismo es feroz, queremos decir que su naturaleza nunca cambiará, que los imperialistas nunca dejarán de lado sus cuchillas de carnicero ni se convertirán jamás en Budas, y así hasta su ruina.
Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria: esta es la lógica del pueblo, y él tampoco marchará jamás en contra de ella. Esta es otra ley marxista.
La clase obrera en 170 años ya estremeció la Tierra, la rehízo construyendo el socialismo y volverá a hacerlo. Pensar de otra manera, en un comunista significa pérdida de perspectiva y abandono de la ideología. El marxismo-leninismo-maoísmo es la base de unidad ideológica de los comunistas en el mundo; por tanto, la tarea actual sigue siendo poner al mando el marxismoleninismo-maoísmo como la ideología del proletariado.
Con el ejemplo imperecedero de Abimael Guzmán, el más grande revolucionario de la historia peruana, nuestro pueblo alcanzará nuevas victorias. Con la luz del marxismo-leninismomaoísmo y el pensamiento gonzalo, nuestro Partido, fundiéndose con el pueblo y sirviéndole de todo corazón, dirigirá y culminará la revolución socialista peruana como parte de la revolución proletaria mundial.