República mexicana, a 1 de mayo de 2023

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
 
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
 
El país vive un momento convulso producto de la crisis del régimen y la política de gobierno. La sociedad mexicana se encuentra subsumida en contradicciones propias de un régimen social caduco y en descomposición; asediada por la violencia capitalista; el pueblo es víctima de las calamidades de la explotación económica e injusticias de la opresión política; el sistema político mexicano se degenera en proporción a la descomposición de la democracia burguesa y lo hondo de la crisis general del capitalismo.
 
La dictadura del capital se ha tornado más violenta en la presente administración. El gobierno burgués en turno en todo momento de su gestión centra su esfuerzo en sostener la dominación burguesa a través de un Estado policíaco militar, proceso que ha devenido en mayor militarización del país, en consecuencia, en el incremento de la violencia burguesa contra los explotados y desposeídos.
 
Prácticas de terrorismo de Estado, crímenes de lesa humanidad, represión selectiva, autoritarismo gubernamental, contrainsurgencia y dictadura de opinión son los mecanismos de la violencia de clase, con el que, la actual junta administrativa somete al pueblo a la oprobiosa dictadura de los capitalistas.
 
Contrario a las promesas de cambio y las quiméricas declaraciones de primero los pobres, en la presente administración las masas populares son encadenadas más y más a la pauperización material por las leyes del desarrollo capitalista y la política de gobierno. El universo de pobres y miserables se ha ensanchado, la precariedad material en las masas asalariadas crece, el fenómeno del hambre cobra fuerza y la incertidumbre respecto a la existencia material ensombrece la cotidianidad de millones de mexicanos.
 
La tragedia que vive el pueblo proviene de la base económica en el que descansa el régimen social imperante, es agravada por el sistema político mexicano y la democracia burguesa en descomposición. Grupos de poder representados en los poderes de la nación actúan en cofradía contra los desposeídos y oprimidos, someten con reformas y nuevas leyes a las masas populares a un mar de injusticias y oprobios caracterizados por el despotismo institucional; envueltos en contradicciones interburguesas los políticos de oficio hacen gala de su frenesí al poder económico y político en aras de sus intereses personales o de grupo, en torno a ese riel subordinan a las masas despolitizadas a una relación utilitarista; en su conjunto, hombres e instituciones del régimen recurren a la contrainsurgencia y el terrorismo de Estado para aprisionar a las masas en la tiranía burguesa.
 
Por más que el gobierno en turno niegue de manera absurda la existencia de la militarización del país, de presos políticos, el espionaje político, el cometido de desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales, el desplazamiento forzado, las masacres, la violación de derechos humanos y la represión, la realidad se impone y dicta que dichos fenómenos son producto de la doctrina imperialista en materia de seguridad con la que se rige el Estado mexicano y la actual junta administrativa. Como antaño, la Guerra de Baja Intensidad (GBI) es el canon de la política del actual gobierno.
 
Ni lucha contra la delincuencia organizada, tampoco guerra contra el narcotráfico, menos aún pasificación del país, lo que se vive en México es la violencia burguesa emanada del régimen y la contrainsurgencia. Contexto donde la actual junta administrativa funge como la defensora y promotora del Ejército mexicano, el principal instrumentador de la contrainsurgencia y ejecutor del terrorismo de Estado contra el pueblo, en correspondencia, por antonomasia el gobierno en turno es generador de la violencia a la que es sometido el pueblo mexicano a pesar de los discursos que lo niegan.
 
Irrefutable es la enseñanza de la historia y el presente, el reformismo no abona a la transformación radical de la sociedad, fortalece, torna más reaccionaria y oprobiosa a la dictadura de los capitalistas.
 
El régimen social, las desigualdades sociales e injusticias políticas inherentes al mismo, la dictadura burguesa y el dominio imperialista que dan origen a la necesidad de una nueva revolución social en el país, no han cambiado, permanecen como el cáncer que corroe al pueblo y lo condena al infortunio.
 
Por tal razón, la lucha armada revolucionaria por el socialismo enarbolada por nuestro partido desde hace 59 años es legítima y necesaria, resulta antidialéctico o reaccionario negar la necesidad histórica de la transformación radical de la sociedad por métodos revolucionarios y retrogrado el planteamiento liberal reformista.
 
Justicia demanda el pueblo inconforme y en protesta, libertad persiguen los explotados y oprimidos, y cambio radical clama el momento histórico concreto. La alternativa histórica para tales fines es la revolución social con carácter socialista, la vía fundamental para el cambio es la lucha armada revolucionaria y el papel del partido de la revolución como vanguardia revolucionaria es insoslayable para la emancipación popular. Tal es la experiencia histórica y propia, enseñanza y confirmación ante la realidad objetiva.
 
La violencia a la que es sometido el pueblo es burguesa, su antídoto infalible es la organización y violencia revolucionaria. Ante las prácticas de terrorismo de Estado, la autodefensa popular; frente a la contrainsurgencia, los métodos superiores de lucha y la justicia revolucionaria; en respuesta al despotismo gubernamental e institucional, la protesta y movilización popular; ante la pauperización material de las masas, la organización popular y desenajenar el producto del trabajo; frente a la tiranía del sistema político mexicano y la imposición de la democracia burguesa, la construcción del poder político del pueblo; en suma, a la dictadura de los capitalistas se le enfrenta y derroca con la revolución socialista.
 
Este primero de mayo conmemoramos un año más de la fundación de nuestro partido, rememoramos nuestro proyecto revolucionario entorno al ideal comunista y reivindicamos la lucha del proletariado internacional por la emancipación de la humanidad del yugo capitalista.
 
Larga trayectoria de lucha revolucionaria que tiene origen en 1964 y en el desarrollo dialéctico de la Unión del Pueblo (UP) hasta lo que hoy es el PDPR-EPR; 59 años de reivindicar la revolución socialista a través de la lucha armada revolucionaria en México.
 
Saludamos a todos los proletarios del mundo, al conjunto de explotados y oprimidos de nuestra patria, así mismo, le decimos a todos que estamos presentes en la lucha anticapitalista y bienvenidas sean todas aquellas voluntades que deseen luchar con métodos revolucionarios contra la oprobiosa dictadura del capital.
 
Saludamos y abrazamos con fervor revolucionario a cada uno de nuestros militantes, apreciamos el esfuerzo de nuestros colaboradores, tenemos presente a nuestros simpatizantes y honramos el invaluable cobijo del pueblo que nos ha permitido persistir en promedio seis décadas de heroica lucha revolucionaria, todos tengan claro que: ¡Tradición de lucha es nuestra memoria, revolución socialista nuestro presente y triunfo, la insignia de nuestro futuro!
 
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
 
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
 
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
 
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
 
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
 
Año 59
República mexicana, a 1 de mayo de 2023