Primero de mayo, día internacional del trabajo. Muchas razones para salir a las calles y protestar.
La historia del día internacional del trabajo en Colombia y el mundo, está enmarcada por una cadena de acontecimientos que involucra no solo las luchas obreras y populares en búsqueda de unas condiciones laborales dignas y justas, sino también por el sacrificio de miles de hombres y mujeres que han entregado hasta la vida misma en estas conquistas, de las que hoy, otras generaciones se han visto favorecidas.
Es importante conocer la historia no solo de nuestro país, es también necesario preservar en la memoria colectiva el legado de todos aquellos y aquellas que han dado las batallas por las reivindicaciones laborales de las que hoy goza el pueblo colombiano, entre otras; la jornada laboral de 8 horas, el reconocimiento de las prestaciones sociales, el pago de las horas extras, el subsidio de transporte y muchas otras que han sido obtenidas con la sangre de muchos de nuestros compatriotas.
Se necesitarían miles de páginas para dedicarles unas pocas palabras a todos esos hombres y mujeres que tenazmente se dieron a la tarea de confrontar a los dueños de la riqueza en Colombia y exigir el pago justo, al ser ellos los artífices del crecimiento de sus fortunas, gracias a la mano de obra que hizo potenciar importantes sectores de la economía del país.
Pese a esto las cifras de líderes y lideresas sindicales asesinados entre 1971 y 2024 son cercanas a los 3.350, según fuentes gubernamentales y es por eso que Colombia se ubica dentro de los 10 peores países en el mundo para los trabadores y las trabajadoras, como lo confirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Es así como, mediante la violencia se ha pretendido destruir la clase trabajadora que se ha organizado para defender sus derechos, está siempre fue la constaste desde sus orígenes; la represión, persecución, exterminio y judicialización son algunos de los grandes males que han tenido que enfrentar, una prueba de ello fue la masacre de las bananeras en 1928, cuando 25.000 mil trabajadores de la empresa norteamericana United Fruit Company, fueron masacrados a manos de militares ante una huelga generalizada realizada por el sindicato que buscaba mejorar las condiciones laborales.
Cabe señalar que la industrialización del país hacia los años 60 y 70 aún era muy incipiente, pero fue el periodo de mayor crecimiento del sindicalismo en Colombia, donde un 14 % de los trabajadores llego a estar afiliado a un sindicato. En esta década se conformaron importantes organizaciones obreras que velaban por los derechos laborales de los trabajadores.
Hacia los años 80 y 90 la violencia y la liberalización de la economía fueron factores determinantes para el decrecimiento del sindicalismo en Colombia, donde las tasas de afiliación de los sindicatos cayeron a 4 o 5 %. Fue en este periodo donde los sindicatos del sector petrolero en el Magdalena Medio fueron víctimas de la violencia estatal y para estatal. Cabe recordar la muerte en 1988 de Manuel Gustavo Chacón líder sindical, popular, músico y poeta, en la ciudad de Barrancabermeja a manos de la red 007 de la armada nacional de las fuerzas militares. El loco como cariñosamente se le conocía fue un icono en la lucha sindical que inculco la necesidad de articular lazos con el movimiento popular.
En la actualidad más del 80 % de los sindicatos del país tienen menos de 100 afiliados y el resto tienen poco más de 25. La década de los 90 no fue solo el periodo de la apertura liberal, sino también del fortalecimiento de los grupos paraestatales que jugaron un papel preponderante en la intención de aniquilar el movimiento obrero en Colombia. Además de los más de 3.500 asesinatos, los líderes y lideresas sindicales han sufrido alrededor de 449 atentados, 254 fueron desaparecidos, 7.884 recibieron amenazas de muerte y 1.987 trabajadores y dirigentes sindicales padecieron el desplazamiento.
Como si fuera poco, el 63 % de los casos de sindicalistas asesinados en el mundo fueron en Colombia, y se han presentado 15.810 violaciones a la vida, libertad e integridad contra la clase obrera del país en el periodo antes mencionado. Este trato es el que reciben todos aquellos y aquellas trabajadores que aumentan las fortunas de los grandes empresarios y oligarcas del país.
Durante el periodo de 2002 a 2010, existió una fuerte alianza entre agentes estatales, gobernantes, militares, fuerzas paraestatales y bandas delincuenciales para atacar el movimiento obrero, señalándolos de terroristas y de tener vínculos con la insurgencia, el terrorismo de estado en su máxima expresión. Hoy en día la lógica se mantiene pero con nuevos actores; disidencias, Bacrim, neo-paramilitares ligados al narcotráfico siguen asesinando líderes sociales o sindicales con el propósito de desarticular cualquier tipo de organización que amenace su control social y territorial.
Finalmente bajo la economía del libre mercado, la globalización y la flexibilización laboral se ha tratado de eliminar la calidad y los beneficios laborales de los trabajadores mediante contratos de trabajo precarizado, que han introducido modificando la legislación laboral, aminorando los derechos de los trabajadores, en beneficio de la empresa privada. Un claro ejemplo de esto son los contratos por prestación de servicio que buscan reducir el pago de las prestaciones sociales por parte del empleador o las empresas de servicio temporal que permiten la contratación de trabajadores de manera indirecta, bajo contratos a término fijo que acaban con la estabilidad laboral. Bajo el sofisma de generar nuevas fuentes de empleo, el desempleo aumenta cada año y muchos de los desempleados migran al sector informal que en Colombia puede alcanzar entre un 50 a 70 % de la población.
Sea pues este primero de mayo un espacio que permita recordar y enarbolar las banderas de todos aquellos que desde el sector obrero y popular dieron la vida por un trabajo digno en Colombia.