Lucha eperrista es una presentación con la que el Centro de Documentación de los Movimientos Armados inaugura su aporte en el conocimiento de una causa generalmente desconocida: la lucha armada en América Latina. Desde el Centro trabajamos en ese sentido, no ya en defensa de causa alguna sino para volver accesible el pensamiento de quienes decidieron enfrentar con las armas al Estado.
“¿Cómo asombrarse de que el EPR dispare sus fusiles si únicamente son sus disparos y no su palabra –pero sí la palabra que el gobierno mexicano esgrime acerca de ellos– lo que los medios eligen para propagar como noticia?”, retumban las palabras captadas en el trabajo de María Luisa Vega y David Pavón Cuéllar que aquí presentamos, quizá como premonición y verdad irrefutable de una realidad que busca abrirse paso para no concluir arrasada. No obstante, esta sentencia no es exclusiva de los grupos armados mexicanos actuales, con la clara excepción del EZLN, sino que alcanza a la mayoría de las organizaciones insurgentes armadas latinoamericanas.
Una de las virtudes del presente trabajo es el tiempo que toman las entrevistas y la forma como se realizaron. Una parte presencial y otra por vía electrónica, que sirven para ir desentrañando paulatinamente el ideario eperrista a través de una poco ortodoxa ordenación.
Sin embargo, los temas abordados no parecen dejar nada librado al azar ni pregunta sin responder. Conocer y desmitificar: he aquí dos de las claves fundacionales, facetas imprescindibles, de Lucha eperrista. La negación informativa y la distorsión de los sucesos es otro de los escollos que enfrentan, donde pronunciar su palabra también está negado como parte de la política oficial: quienes se atrevan a alzarse en armas les depara la solución militar. Recluidos así en el anonimato son orillados a radicalizar sus acciones y propuestas, y no convertirse en invisibles ante los ojos sociales. En el comienzo del escrito, como una suerte de observación participante, ya descubre su importancia: debido a rígidas condiciones de seguridad que observan estas organizaciones, llegar hasta el núcleo es una verdadera odisea, incluidos los riesgos que implican concretar este objetivo.
Quizá de allí se desprende una parte fundamental de su valor. Las dimensiones que adquiere a partir de las distintas y largas entrevistas en pos de conocer lo que hasta hoy ha permanecido oculto, o de acuerdo con las propias palabras de un eperrista: “esta entrevista informal, desordenada, medio psicológica, es posible que revele otras facetas de nuestra personalidad, facetas desconocidas...”.
En esta ocasión particular todos los temas parecen abordarse, pues los autores traslucen que aquello que no se reproduce a través de los grandes medios de comunicación sencillamente no existe. Y como validación sirve el ejemplo de los zapatistas porque la dimensión y trascendencia que adquirió el alzamiento evitó que ese paupérrimo ejército de indígenas chiapanecos no fuese aniquilado aquel lejano y frío enero de 1994.
Jorge Lofredo
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS ARMADOS Septiembre de 2005