Colombia: Operación Exterminio

Este libro, que no pretende ser un análisis teórico de la compleja y variada realidad colombiana, sí tiene como fin poner ante los ojos de los latinoamericanos, del mundo, la cruda y dramática situación que vive el pueblo colombiano, sus peligros y las graves connotaciones que pueda tener para las democracias de América Latina y el Caribe y el serio retroceso -de consolidarse- en la propia realidad de Colombia.

Para ello recojo el testimonio de once calificados colombianos -dos de ellos brutalmente asesinados poco tiempo después de ser entrevistados- integrantes y protagonistas de la realidad, en un amplio y vasto arco político-ideológico que tiene como denominador común -con sus variantes y fresco de opiniones-, el anhelo de paz para su pueblo.

Manifestaciones plurales, testimonios directos de personalidades del quehacer político, sindical, militar y guerrillero, reflejan con sus matices y diferencias la real y tangible posibilidad de entablar un gran diálogo nacional que abra las puertas a los caminos de paz y evite lo que subyace en cada instancia de la vida de ese país: la cada vez más próxima guerra civil -no fatal- que de concretarse llevaría a esa inmensa y rica nación a una de las páginas más oscuras de su ya dura, complicada y martirizada historia de violencia que parte desde el siglo pasado. Un país que conoció de trece guerras civiles y siete decenas de enfrenamientos locales, que vivió el horror de los años 1949 al 53 con un saldo de mas de 200 mil muertos, la posterior dictadura de Rojas Pinilla, la aparición de formas guerrilleras de autodefensa campesina primero para luego pasar a la insurgencia armada, y hoy asiste a la impunidad de la violencia del narcotráfico y la prepotencia y alianza de este con sectores del gran latifundio ganadero y alta oficialidad de las Fuerzas Armadas.

He recorrido, durante un mes en el último trimestre de 1987, varias ciudades de la geografía colombiana: Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, Armenia, Manizales. He conversado con ex presidentes, dirigentes políticos conservadores y liberales, comunistas y jefes guerrilleros, militares y jueces, católicos y ateos, intelectuales y campesinos, obreros e indígenas. En todos ellos está presente el drama y la constante preocupación por la violencia que azota al país.

De la introducción de Rafael Cribari