País
Perú 1965: Apuntes sobre una experiencia guerrillera
Biblioteca
Fondos bibliográficos
Autor
Béjar, Héctor
ISBN
--
Localizador
Bib-01/3
Núm. Páginas
185 pp.
Datos de Edición
La Habana: Casa de las Américas, 1969. [Colección Premio]
Contenido
Este libro -escrito desde una cárcel, por un comandante guerrillero- puede ser considerado, en primer término, como símbolo de la nueva situación cultural que el Tercer Mundo esté proponiendo a un Occidente de civilización agotada y consciente de su culpabilidad. En nuestros países, podría decirse con verdad, los intelectuales que realmente han llegado al extremo de su reflexión sobre el papel que a la cultura le está asignada en la tarea de liberación, no han tenido otra opción que tomar las armas; al mismo tiempo las obras señeras de esa cultura deben ser escritas, muchas veces, en una celda.
Con poca frecuencia el análisis de una experiencia política que tiene como protagonista a su propio autor ha eludido tan admirablemente las acechanzas de lo subjetivo y ha logrado despersonalizar en forma tan aleccionante un proceso donde ese autor es uno de los factores fundamentales.
En su cárcel limeña Béjar soporta desde 1966 el confinamiento, la enfermedad, la derrota temporaria, la muerte de sus compañeros exterminados por el Ejército, la masacre del campesinado de Ayacucho que fue colaborador de su insurrección armada. Pero el lector no encontrará en el libro una ola referencia en primera persona, pese a que los hechos que trata a partir de 1962 contaron con Béjar como activista y orientador de primera línea. Tampoco ensombrecen este texto el odio o la ira hacia los asesinos de sus camaradas y hacia sus carceleros, o eI rencor contra los políticos que, en una solidaridad inactiva o temerosa, no supieron respaldar desde las ciudades la acción de los frentes guerrilleros. Esas tentaciones -que hubieran disminuido en algo la tersura del trabajo, pero que no podían considerarse comprensibles- son sorteadas por el autor con indudable conciencia de sus objetivos. De tal modo, mediante este alejamiento, Béjar ha podido sublimar su experiencia guerrillera y su vida de luchador, de teórico y de dirigente, para ofrecer un documento que el Jurado no vaciló en calificar, en el fallo, como "uno de los más importantes de nuestro tiempo".
Con poca frecuencia el análisis de una experiencia política que tiene como protagonista a su propio autor ha eludido tan admirablemente las acechanzas de lo subjetivo y ha logrado despersonalizar en forma tan aleccionante un proceso donde ese autor es uno de los factores fundamentales.
En su cárcel limeña Béjar soporta desde 1966 el confinamiento, la enfermedad, la derrota temporaria, la muerte de sus compañeros exterminados por el Ejército, la masacre del campesinado de Ayacucho que fue colaborador de su insurrección armada. Pero el lector no encontrará en el libro una ola referencia en primera persona, pese a que los hechos que trata a partir de 1962 contaron con Béjar como activista y orientador de primera línea. Tampoco ensombrecen este texto el odio o la ira hacia los asesinos de sus camaradas y hacia sus carceleros, o eI rencor contra los políticos que, en una solidaridad inactiva o temerosa, no supieron respaldar desde las ciudades la acción de los frentes guerrilleros. Esas tentaciones -que hubieran disminuido en algo la tersura del trabajo, pero que no podían considerarse comprensibles- son sorteadas por el autor con indudable conciencia de sus objetivos. De tal modo, mediante este alejamiento, Béjar ha podido sublimar su experiencia guerrillera y su vida de luchador, de teórico y de dirigente, para ofrecer un documento que el Jurado no vaciló en calificar, en el fallo, como "uno de los más importantes de nuestro tiempo".