Estado y Guerrillas en el Perú de los '80

Hace más de un año, que Yehude Simón Munaro, Presidente del Frente de Defensa de Lambayeque y diputado por ese departamento, asumió el reto de escribir un libro sobre uno de los temas más candentes y menos discutido en el país: el de la violencia subversiva.

El fruto de su paciente labor lo tenemos ahora entre nuestras manos. Un texto escrito con nervios y sentimientos, en el que nuestro autor combina el análisis y la denuncia con la esperanza, de tal forma que por sus páginas discurren, con una agilidad acaso insolente para los eruditos, los antecedentes históricos de la violencia actual, el desarrollo de las guerrillas del Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso) y del MRTA, la ineficacia de la respuesta antisubversiva del Estado y, por último, una declaración de fe: que la Paz con Justicia social es posible en el Perú.

Podrá discutirse si el libro de Yehude está a tono o no con los avances más novedosos de la historiografía contemporánea. O cuestionarse, quizás, que en las líneas referentes a los movimientos guerrilleros en el Perú de los ochenta se encuentra o no un fino análisis sociológico. Todo eso puede discutirse. Pero esa no es la dirección en la que se inserta este libro. Lejos de buscar ocupar un lugar destacado en los anales más puros de la Historia o la sociología, intenta responder a una necesidad contingente y urgente en el país: la lucha por la Paz. Para eso es que se sirve de las dos disciplinas anotadas, y no al revés. Tal es el principal de sus méritos.

Y para decir su verdad, Yehude se acoge a uno de los sanos consejos de Manuel González Prada: el de romper el pacto infame de hablar a media voz. Y con la transparencia que lo caracteriza, reconoce una realidad, acaso tan grande como la rueda de un molino, que muchos de los que hablan de "paz" se empeñan en ocultar: vivimos una guerra civil no declarada que ya ha cobrado, de 1980 ahora, más de 15 mil víctimas. Sobre esta constatación, escudriña en las causas o condiciones materiales que permiten la existencia y la reproducción de los senderistas y los tupacamarus: las milenarias estructuras de explotación y opresión del pueblo peruano. No cree, sin embargo, que la insurgencia de los ochenta se explica, única y exclusivamente, por esta constante histórica; y entra en la especificidad del fenómeno: la voluntad política de Sendero y el MRTA, que se expresa en las prácticas que llevan adelante estas organizaciones para poder aplicar sus respectivos programas, otra verdad que con el sambenito de "terrorismo" se soslaya olímpicamente.

Así concluye en que este problema político debe enfrentarse con una respuesta política o, como él dice, que hay que curar la enfermedad para salvar al paciente, y no al revés. ¿Cómo? Acabando con las condiciones de explotación y opresión que permiten la existencia de dichas organizaciones alzadas en armas. Ni más ni menos. Su propuesta es, entonces, muy clara: Paz con Justicia Social. Y no se limita a enunciarla, sino que la desarrolla y la concretiza, convirtiéndola en una suerte de esperanza redentora.

Pese a que tal es el mensaje del libro, no dudo que, en medio del macartismo que ya se vive, pueda ser utilizado como una "prueba" del supuesto "terrorismo" de su autor. Ese es, precisamente, uno de los desafíos que enfrenta todo aquel que se atreve a escribir sobre la violencia subversiva de los ochenta desde parámetros diferentes a los oficiales. Yehude lo sabía de antemano y no vaciló en asumir este nuevo reto. Y aquí está su verdad.

Lima, agosto de 1988
Carlos Arroyo