Mártires de la liberación y el socialismo

Presos del Cuartel San Carlos, 21 de junio de 1973

Biblioteca
Fondos bibliográficos
Autor
Presos del Cuartel San Carlos
ISBN
--
Localizador
Bib-01/3
Datos de Edición
Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones. Alcaldía de Caracas, 2006.
Contenido
La vida clandestina en las ciudades, la inclemencia del tiempo en las montañas, el abandono de la familia y los estudios en función de construir una patria libre y más justa son parte de los sueños de esa generación de revolucionarios; de los cuales muchos quedaron en el camino, otros tantos que sobrevivimos a esa época de terror y muerte, nos tocó la experiencia de la
cárcel por largos años; las detenciones sin orden judicial, la tortura y las vejaciones era algo cotidiano. Las cárceles se llenaban de hombres y mujeres: los Teatros de Operaciones (T.O.), la Isla de Tacarigua, el Cuartel San Carlos, la Cárcel Modelo, en todas las cárceles del país, habían colectivos de presos políticos.

La categoría de Presos Políticos, alcanzada por los diferentes colectivos de diversas cárceles del país, es parte de sus luchas, pensamiento, acción y consecuencia ante el acoso de los carceleros de turno, por mantener una conducta totalmente distinta, a los denominados presos comunes. Esa conducta nos permitió tener algunos «privilegios» de trato y respeto a nuestra condición de luchadores revolucionarios, por lo tanto teníamos acceso a libros, escritos, prensa, etc., los cuales nos mantenía u ocupaban gran parte de nuestra estadía en la cárcel, la lectura, la discusión política, el estudio y hasta el trabajo manual era la cotidianidad, elevar nuestro nivel político e ideológico era la tarea principal para que la cárcel no hiciera mella en los hombres privados de libertad. Algunos camaradas escribían poemas, otros relatos, cuentos y más de uno se ocupaban de la pintura.

Así algunos camaradas en forma individual escribían, hacían poemas, o canciones, o algunos relatos o cuentos sobre los camaradas que habían muerto en el combate o asesinados por el enemigo. Corría el año 72 y varios camaradas empezamos a recopilar datos, anécdotas y cuentos de aquellos hombres y mujeres que con su sangre habían abonado el camino de la esperanza, de la libertad, y de cómo plasmar en el papel parte de esa historia desconocida por muchos y silenciada por «la democracia», ya que nosotros mismos conocíamos muchos cuentos de esos años duros de la vida del revolucionario. Así hice una pequeña recopilación, la cual titulé LOS QUE HAN QUEDADO EN EL CAMINO, del cual debe haber por allí 2 ó 3 ejemplares solamente, y una de las afortunadas de poseerlo es la cantarada Laura de Prada.

De allí la dirección del PRV-FALN, encabezada por el «Flaco» Prada, deciden emprender la tarea de hacer una recopilación mucha más amplia y detallada de la historia de nuestros camaradas, caídos, asesinados o desaparecidos, hasta aquel entonces. Tarea bastante difícil por la situación de estar presos y con todas las limitaciones que teníamos, pero como siempre aceptamos el reto. Así fue que empezó ese trabajo de entrevistas, buscar los recortes de prensa, las fotos que nos suministraban algunos familiares, las conversas entre nosotros mismos, para darle cuerpo al trabajo encomendado. Muchos fueron los que trabajaron. A Dimas, le tocó escribir las historias de sus familiares asesinados o muertos en combate, a Felipe Quintero Padrón fiel conocedor de muchos cuentos, a Octavio Beaumont, también con un sin número de informaciones sobre los hechos a conocer, a Santiago Villar, Willians Álvarez y quien escribe nos tocó mecanografiar todas las historias, primero en papel para luego después de corregidas pasarla a un stencil para ser reproducida, un trabajo especial le correspondió al camarada Pedro Triana, quien con su paciencia y dedicación, pudo reproducir con su pantógrafo los rostros que este folleto contiene. De todas maneras fue un trabajo del colectivo del PRV-FALN que habitábamos en el «A-4».

No fue un trabajo fácil, ya que teníamos que mantener medidas de seguridad para poder hacer nuestro trabajo, hubo momentos en que mientras estábamos imprimiendo, llegaba el oficial de guardia y teníamos que acostarnos encima de aquellos papeles o lo tapábamos con las sabanas. Lo que habíamos aprendido en la calle en medio de la clandestinidad que vivimos; para sacar nuestra propaganda, hoy lo utilizábamos dentro de las entrañas del enemigo; la batea, el stencil, el ulano o silk-creen, fueron como siempre nuestra imprenta, y así dar a conocer los rostros y vida de muchos héroes de esta revolución, hay otros actores anónimos, nuestros familiares, que corrían el riesgo no solamente de introducir los materiales necesarios, sino también sacarlos del cuartel ya impresos, inclusive las bateas con los rostros de nuestros camaradas, camuflajeados como pinturas o cuadro infantil, hasta nuestros hijos muy pequeños tuvieron su participación.

De igual manera, las técnicas aprendidas como presos en lo relacionado al trabajo en madera, ingeniosamente también pudimos plasmar, las caras con sus nombres de esos camaradas muertos y que en oportunidades fueron utilizadas como exposición, a manera de galería, los cuales fueron expuestos en diferentes actos conmemorativos a fechas relacionadas a la vida de estos camaradas. Algunos de estos trabajos en madera se encuentran en el exterior ya que fueron llevadas por personas interesadas en esos recuerdos.

Fue una publicación casi clandestina, los pocos ejemplares que pudimos hacer, creo que unos 10 ó 15 se encuentran diseminados y guardados celosamente por sus poseedores, nunca tuvimos los recursos, ni el apoyo para que este esfuerzo se divulgara, como era la idea inicial. Finalmente este folleto es posible reproducirlo tal cual como fue editado hace ya 33 años gracias a que el camarada Nelson Triana (ex preso político) me hizo llegar hace un tiempo uno
de los originales. Que inmoralidad!!!, algunos de aquellos, que en esos momentos representaban «la justicia militar», que condenaban, en horas, a los revolucionarios a penas de hasta 28 años en juicios sumarísimos, se encuentran señalados en años anteriores como gran traficante de droga, como es el caso del general Díaz Paredes.

En nombre de todos nuestros héroes aquí señalados, sus familiares, amigos, camaradas y todo aquel que estuvo involucrado en la confección y edición de estas páginas, como de su conservación, mil gracias. Que el pueblo venezolano y porque no el mundial, conozcan los rostros, historias y vivencias de quienes fueron pioneros del proceso de cambio que hoy lideriza el presidente Hugo Chávez, así como también se notará cuáles eran los DERECHOS HUMANOS, en la democracia puntofijista.

LA LUCHA CONTINUA

Sinceramente,

Roberto Rodríguez Montesinos
Ex preso Político
1968-1979