Guerrilla 1

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Autor
Guillén, Abraham [Introducción]
ISBN
9788485348046; 8485348044
Localizador
Bib-01/3
Núm. Páginas
141 pp.
Datos de Edición
Barcelona: Ediciones Ricou (Hacer), 1978.
Contenido
Desde la revolución inglesa del siglo XVIII, todas las revoluciones triunfantes se han impuesto por la fuerza de las armas. Ejército insurreccional, nutrido por las nuevas clases ascendentes, contra un ejército realista en el caso de Cronwell; levantamiento popular en campos y ciudades, contra una monarquía caduca en la revolución francesa; huelgas generales, insurrección y desmoronamiento interno de unas tropas ya descompuestas por el enemigo exterior y una eficaz propaganda revolucionaría en la revolución de Octubre; lucha ininterrumpida, de larga duración, simbiosis de ejército regular revolucionario con guerrillas, doble frente contra el enemigo exterior y el enemigo interior, en la revolución dirigida por Mao Tse-tung; guerrillas campesinas y levantamientos urbanos en la República de Cuba, etc. Las formas son diversas, pero todas ellas parecen revalidar el axioma de Clausewitz: "La guerra es la continuación de la política por otros medios". O, para ser más exactos, su versión marxista: "La guerra civil es la máxima expresión de la lucha de clases".

Y, a la inversa, todos los procesos revolucionarios frustrados, cuando no han sido derrotados por su propia involución (el caso más ejemplar sería el soviético), lo han sido, también, por la fuerza de las armas. España en 1936-39 o Chile en 1973 son ejemplos palpables.

Sin embargo, esta lucha civil en sus variadas formas, que más de uno y pese a vientos y huracanes reformistas, sigue considerando el único procedimiento de destrucción del poder capitalista, no tiene un desarrollo lineal. Su marcha es sinuosa, contradictoria, plagada de idas y venidas, de avances y retrocesos. Se inicia cuando aparece la primera sospecha de que acaso "no estamos viviendo en el mejor de los mundos", culmina con la destrucción del poder burgués, pero mientras tanto recorre múltiples fases. Una de ellas es la guerrilla.

Junto a "pronunciamiento" y al adjetivo "compradora" añadido aI sustantivo "burguesía", quizás sea la palabra "guerrilla" la única que ha aportado el idioma castellano al léxico político internacional. Y ello se debe a que esta especial manifestación de la lucha armada nació en España en tiempos de la invasión de las tropas napoleónicas. Es evidente que no hay que entender el diminutivo como expresión de una "guerra pequeña" sino de una lucha que en lugar de ser asumida por grandes contingentes de tropas corre a cargo de minúsculas unidades operativas que compensan su inferioridad numérica con su capacidad de utilización de la sorpresa, la permanente movilidad, la improvisación.

Gracias a ello, este "cuerpo con mil cabezas" o esta "cabeza con mil cuerpos", este ciempiés descoyuntado que puede renacer de cada uno de sus segmentos, es un eficaz instrumento de guerra.

La guerrilla, por otra parte, está a la orden del día en el mundo moderno. El teatro de sus operaciones ha superado el monte o la selva de los primeros tiempos. Puede manifestarse en un avión que vuela a 10.000 metros de altura, bajo los adoquines de una calle madrileña, en el deambular de un presidente de partido, en el dormitorio de un rey o un dictador...

En la presente antología que, por su complejidad temática y por razones de comodidad para el lector, dividimos en tres tomos, se recogen variadas muestras de la teoría/praxis guerrillera. Pues es un hecho que desde hace unos años, desde que Mao Tse-tung extendió los tentáculos revolucionarios a partir de las "bases rojas ", la guerrilla ha dejado de ser una mera realidad empírica, una manera de compensar una debilidad de hombres y armamentos ante un enemigo superiormente pertrechado (como ocurrió durante las guerras partisanos en el último (conflicto) mundial), para convertirse en fundamento de otra estrategia de lucha.

El primer tomo, pues, el que ahora tienes en tus manos, recoge los textos de los "clásicos" de la guerrilla: Mao Tse-tung, Lin Piao, Che Guevara, Debray, Marighella, Abraham Guillén, Amilcar Cabral. Es cierto que no están todas las experiencias posibles. Faltan, por ejemplo, los textos del FRELIMO mozambiqueño, del MPLA angoleño, del FLN argelino, o en el subcontinente americano las experiencias de Lobatón, Béjar, Douglas Bravo y tantos otros.

Pero nuestra intención no era ofrecer un manual exhaustivo, una especie de "vademécum" para el solaz y lucimiento del "progresista" ilustrado, sino un libro que recoja de manera sintetizada, no abrumadora, las enseñanzas esenciales de unos hombres y unas fuerzas que, vencedoras o derrotadas, empeñaron sus vidas en la liberación del hombre. Es un homenaje, pero, al mismo tiempo, una lección.

Colectivo Editorial