País
Muerte y vida en Morazán
Testimonio de un sacerdote
Biblioteca
Fondos bibliográficos
Autor
López Vigil, María
ISBN
978-99923-34-98-0
Localizador
Bib-03/3-2
Núm. Páginas
122 pp.
Datos de Edición
San Salvador: UCA Editores, 2007.
Contenido
Rogelio tiene 46 años. Es alto, recio, rubio y rojo. "El padre Tomate," le decían a veces. Se emociona y se pone colorado. Se apasiona y le sube casi toda la sangre a la cara. Conserva aún muchísimo del asombro, de la sencillez y de la limpieza que son patrimonio de los niños. Pero a la vez en muchos momentos parece un niño pícaro, pero es también un hombre sabio, con muchos caminos recorridos, de esos a los cuales la experiencia ya no permite retornar.
Rogelio cuenta aquí bastante de la evolución experimentada por la Iglesia salvadoreña -en gran medida, por toda la Iglesia que está en América Latina en estos últimos 20 años. La evolución de una pastoral que se va aclarando. Y radicalizando. Es decir, que vuelve a las raíces más jugosas del evangelio de Jesús.
Tenía que ser en El Salvador. Porque en este país chiquito se ha ido gestando, amasada con sangre, una Iglesia grande, luz para muchos en el mundo. Tan grande esta Iglesia, tan recio ya el arbolito de mostaza, que nos dio a todos el fruto de un obispo como Monseñor Romero.
Esta Iglesia nos está dando también, como fruto sazonado, este modelo de sacerdote, que acompaña al pueblo y al ejército popular, haciendo presente en medio de una guerra de liberación la eucaristía, la comunidad de base, el grupo bíblico, el agua del bautismo, la palabra de esperanza. Haciendo presente al Dios de Jesús, al Jesús del evangelio.
Rogelio cuenta aquí bastante de la evolución experimentada por la Iglesia salvadoreña -en gran medida, por toda la Iglesia que está en América Latina en estos últimos 20 años. La evolución de una pastoral que se va aclarando. Y radicalizando. Es decir, que vuelve a las raíces más jugosas del evangelio de Jesús.
Tenía que ser en El Salvador. Porque en este país chiquito se ha ido gestando, amasada con sangre, una Iglesia grande, luz para muchos en el mundo. Tan grande esta Iglesia, tan recio ya el arbolito de mostaza, que nos dio a todos el fruto de un obispo como Monseñor Romero.
Esta Iglesia nos está dando también, como fruto sazonado, este modelo de sacerdote, que acompaña al pueblo y al ejército popular, haciendo presente en medio de una guerra de liberación la eucaristía, la comunidad de base, el grupo bíblico, el agua del bautismo, la palabra de esperanza. Haciendo presente al Dios de Jesús, al Jesús del evangelio.