El testimonio como género literario posee en Nicaragua una trayectoria fecunda. Antes de 1979, cuando comenzó a incrementarse para registrar las grandes experiencias del proceso revolucionario, sus logros no habían sido escasos. [...] Los 90 no estuvieron exentos de esa irreprimible necesidad de comunicar en primera persona, como protagonista o testigo, las vivencias individuales y colectivas.
Pues bien, la elaborada por Aurora Sánchez Nadal no se queda atrás. Contextualizando oportunamente la época, reconstruye las brigadas de los cortes de café en los departamentos de Matagalpa y Jinotega, obteniendo una amorosa resurrección y una apoteosis de la alegría, reflejada en la transcripción de canciones y consignas. Pero es mucho más: toda una evocación magistral de ese ser humano, fogueada periodista comprometida y mujer de ñeque que es Aurora.