Entre la vida y la muerte sembramos la esperanza. Testimonio del Padre Rogelio

Colección
Fondos impresos
Autor
López Vigil, María
Categoría
Documento Público
Datos de Edición
Morelia, México: CEBES, junio de 1990.
Núm. Páginas
122 pp.
Localizador
A-58
Información Extra
[Impreso en los talleres de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, junio de 1990]
Contenido
Rogelio tiene 49 años. Es alto, recio y rojo. "El Padre Tomate", le decían a veces. Se emociona y se pone colorado. Se apasiona y le sube casi toda la sangre a la cara. Conserva aún muchísimo del asombro, de la sencillez y de la limpieza que son patrimonio de los niños. Pero a la vez en muchos momentos parece un niño pícaro, pero es también un hombre sabio, con muchos caminos recorridos, de esos a los cuales la experiencia ya no permite retornar. Rogelio cuenta aquí bastante de la evolución experimentada por la Iglesia Salvadoreña en gran medida, por toda la Iglesia que está en América Latina en estos últimos 20 años. La evolución de una pastoral que se va aclarando. Y radicalizando. Es decir, que vuelve a las raíces más jugosas del Evangelio de Jesús.

Tenía que ser en El Salvador porque en este país chiquito se ha ido gestando con sangre una Iglesia grande, luz para muchos en el mundo. Tan grande esta Iglesia, tan recio ya el arbolito de mostaza, que nos dio a todos el fruto de un Obispo como Monseñor Romero.

Esta Iglesia nos está dando también, como fruto sazonado, este modelo de sacerdote, que acompaña al pueblo y al ejército popular, haciendo presente en en medio de una guerra de liberación la Eucaristía, la comunidad de base, el grupo bíblico, el agua del bautismo, la palabra de esperanza. Haciendo presente al Dios de Jesús, al Jesús del Evangelio.