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Comunicado 10

COMUNICADO No. 10


«...El pueblo y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...»
(Rubén Jaramillo, 1918)

Al pueblo de Morelos.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.


Y de nueva cuenta, el sonoro estruendo, la crítica iracunda y el desafío de los de abajo develaron el desconcierto, la estulticia y la cobardía de la enriquecida mafia derechista que sigue medrando, en el estado de Morelos, al amparo de las instituciones gubernamentales.

Bastó la detonación de una sola carga explosiva, contra uno de los símbolos del saqueo y la ominosa opresión neoliberal, para exhibir la crisis de gobernabilidad a la que ha dado lugar Sergio Estrada Cajigal y su mafioso grupo de poder local.

No obstante, el menudo Rey del Narco morelense, y su cortejo de operadores incapaces, pretenden tender una cortina de humo y hacer creer a la ciudadanía que la explosión del 23 de octubre pasado, en Temixco, Mor., tuvo como objeto el robo de un cajero automático y que los autores de esta acción fueron dos trasnochados ciudadanos, sobre los cuales se ha cebado cobardemente la vesania del poder local y federal.

Nada más alejado de la realidad y, al mismo tiempo, nada más cercano a la pretensión gubernamental de iniciar una cacería de brujas contra el movimiento social de izquierda y reeditar la guerra sucia que caracterizó históricamente el ejercicio arbitrario del poder, en la década de los 60 y 70, en nuestro país y América Latina, para intentar poner término al desafío y al ejemplo de rebeldía que representa en estos momentos el jaramillismo armado en el estado de Morelos.

No debemos olvidar que aún se encuentra abierta la herida que significó la desaparición forzada de José Ramón García, ex dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), ocurrida en Cuautla, Morelos, en diciembre de 1988. Y no debemos olvidar que, hasta la fecha, sigue gozando de la más completa impunidad Antonio Nogueda Carvajal, quien fuese uno de los responsables de esta desaparición política y uno de los principales operadores de la guerra sucia bajo el salinato y quien funge, actualmente, como Subprocurador de Justicia estatal, a pesar de la recomendación hecha a Sergio Estrada Cajigal por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Morelos, contra este siniestro personaje, ahora por ejercicio indebido de la función pública y violación a las garantías individuales de un menor de edad.

Negar que los hechos del 23 de octubre tengan su origen en un movimiento armado revolucionario, constituye un maniobra gubernamental contrainsurgente. Maniobra que obedece a la exigencia de gobernabilidad y mano dura formulada por los hombres de negocios e industriales que se reunieron recientemente en Puente de Ixtla, Mor.

Prueba de ello fue la primera afirmación de la delegada de la PGR en el sentido de que el gobierno federal no atraería el asunto del bombazo. Afirmación que pretendía encubrir la labor que todos los cuerpos policíacos y militares (PGJ, PGR, AFI, SIEDO, Ejército Mexicano, Policía Estatal y Dirección de Protección Civil) están desarrollando febril y coordinadamente para dar con nuestro paradero.

Prueba de ello fue, asimismo, el intento por criminalizar y judicializar la protesta armada por la que optó declarativamente Sergio Estrada Cajigal, al mismo tiempo que, mediante la fabricación de supuestas amenazas jaramillistas al secretario de Seguridad Pública (Jorge Emilio Doring y Aburto), conseguía la aprobación y apertura de una línea de investigación federal, por parte del siniestro subprocurador José Luis Vasconcelos.

Y decimos que lo anterior constituye una prueba de la maniobra contrainsurgente del poder local y federal, orquestada para sembrar el pánico ciudadano y justificar el estado policiaco y la represión, porque nuestro Comando Jaramillista no realizó ninguna llamada telefónica para alertar a nadie sobre la supuesta colocación de bombas en los juzgados del penal de Atlacholoaya y mucho menos en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos. Ni tampoco amenazó al secretario de Seguridad Pública estatal, como lo afirma mentirosa y cínicamente el señoritingo del poder local, pretendiendo meter en un mismo paquete, para confundir, la protesta armada de Temixco y la protesta ciudadana de Xoxocotla, así como la de otros movimientos sociales.

Por tanto, para evitar provocaciones policíacas concretadas en acciones que dañen a la ciudadanía y pretendan inculpar a nuestro Comando, aclaramos que nuestra acción es el resultado del agravio y la injusticia de que somos objeto cotidianamente los de abajo. Que nuestra acción ha estado y estará siempre dirigida contra el poder económico, político, ideológico y militar de la oligarquía neoliberal, pero jamás contra el pueblo. Y que el radio de nuestra acción comprenderá la infraestructura y símbolos ominosos de dicho poder oligárquico.

Por todo lo anterior, hacemos un llamado a la ciudadanía morelense y a la población visitante a no acudir a los cajeros automáticos de las sucursales bancarias de la zona metropolitana morelense, entre las 24:00 horas (doce de la noche) y las 6:00 horas a.m. (seis de la mañana), precisando que si alguien tuviese que acudir por extrema necesidad a dichos cajeros, se asegure de que en estos, o fuera de estos, no se encuentra ninguna caja con el letrero de: PELIGRO BOMBA (tal y como lo decían los dos últimos artefactos colocados), y en caso de encontrarse con ello, retirarse inmediatamente lo más lejos posible; pues de persistir la ofensiva del poder local y los intentos de reeditar la guerra sucia contra el pueblo morelense y sus organizaciones de izquierda, nuestro Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo seguirá respondiendo indefectiblemente a la provocación de la mafia derechista en el poder.

Por ahora es de lamentar que la furia demencial del poder local y federal se siga cebando, estúpida y cobardemente, sobre los dos trasnochados ciudadanos capturados como chivos expiatorios de una acción armada de la que no son responsables. Ciudadanos que están expensas ahora de la investigación y el fallo del Tribunal Superior de Justicia estatal. El mismo Tribunal que habrá de fallar, finalmente, respecto del juicio político que el congreso estatal emitió contra Sergio Estrada Cajigal, desde hace más de un año. Y desde ahora podemos advertir los resultados de ambos fallos: ¡Multa y castigo a los eternos condenados de la tierra, premio e impunidad a los señores -y señoritingos- del poder y del dinero!

Nuestra acción armada revolucionaria forma parte de la confrontación política y militar que se desarrolla entre distintos contendientes y sus respectivos proyectos de nación; confrontación que habrá de persistir mientras prevalezca la injusticia y el agravio, y de la que, finalmente, sólo hay dos responsables: la humillante prepotencia de los de arriba y la digna rebeldía de los de abajo.

¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!

¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!

COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
(CJM-23)

Campamento Revolucionario, estado de Morelos, a 30 de octubre de 2005