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Entrevista al EPR

[Entrevista realizada por el periodista Salvador Guerrero Chiprés, y publicada en tres partes consecutivas (25, 26 y 27 de agosto de 1996) en el periódico La Jornada.]


ENTREVISTA AL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO


El Ejército Popular Revolucionario (EPR) tiene "fuerzas frescas" en la capital del país y en algunos de los municipios más empobrecidos del estado de México, aseguraron los comandantes Vicente y Oscar, dos de los seis mandos militares de esa organización conocidos hasta ahora con ese grado.

En una casa de seguridad del EPR y del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR), situada a menos de tres horas del centro de la ciudad de México, ambos jefes dijeron a La Jornada que después de su aparición en el vado de Aguas Blancas, el 28 de junio, han causado 59 bajas al Ejército Mexicano en operaciones en Guerrero.

El EPR estima en 23 mil el número de soldados movilizados en aquella entidad.

Escoltados por un pelotón de 11 milicianos y un teniente, en una habitación en los alrededores del valle de México, completamente forrada de tela verde a los lados y tela aluminio al frente, con las banderas de ambas organizaciones y el estandarte nacional dispuesto detrás de los comandantes, éstos presentaron sus "consideraciones sobre la situación política actual".

Con la cara cubierta por una franela roja con dos pequeños agujeros para los ojos, llamaron al gobierno a desistir de su intento de ahogar en un "baño de sangre" al movimiento armado y convocaron a todas las organizaciones sociales a "exigir que el gobierno renuncie a tal pretensión".

Al no presentar al Ejército Mexicano "un frente definido", éste se ha visto obligado, indicaron, a "recomponer su distribución y su conducta táctica, no sólo en Guerrero, sino en el plano nacional".

Afirmó el comandante Oscar: "Aún no hemos utilizado toda nuestra capacidad de combate, contamos con reservas".

A pesar de la información con que el gobierno dispone, proveniente de inteligencia militar, añadió, "quieren presentarnos ante la opinión pública como un problema local, como guerreristas y radicales irracionales".

Aseguró que el Ejército Mexicano ha replegado fuerzas en Guerrero, Veracruz e Hidalgo para concentrarlas en cuarteles. Ese es un indicio, expresaron, de la preparación de una nueva ofensiva.

Los mandos del EPR indicaron que la supuesta rivalidad detectada por el gobierno federal entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el EPR es simplemente una observación que forma parte de "acciones de guerra psicológica, desinformación y contrainformación". Respecto al EZLN, expresaron respeto a su lucha y a su decisión de terminar la fase armada con un acuerdo de paz.

Primero durante la lectura de un documento y después en la entrevista, los comandantes Vicente y Oscar señalaron que en el valle de México, de cuya comandancia regional se dijeron responsables, existen "fuerzas frescas" que, "de acuerdo a la intensidad del ataque gubernamental contra el pueblo, estamos dispuestos a accionar" a modo de "dar un carácter más amplio a nuestro accionar".

El pelotón escolta de ambos dirigentes militares se encontraba armado con AK-47, ametralladoras Uzi 9 milímetros, fusiles R-15 de los tipos 223 y 553, carabinas 30 M-1 y subametralladoras 9 milímetros.

Algunos portaban en la fajilla escuadras Brownning, Taurus y Beretta 9 milímetros.

Horas antes de que el subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Arturo Núñez Jiménez, indicara que el EPR tiene "presencia específica" solamente en Guerrero, los mandos de esa organización, integrantes de las llamadas Comandancia Militar y Comandancia General, señalaron que el valle de México refleja severamente la situación económica y social que padece todo el país, y que tal situación "ancestral" es fundamento de su existencia: "Hay desempleo, miseria, carencia educativa, carestía; dejó de ser la posibilidad de destino migratorio para quienes entre los años sesentas y setentas buscaron aquí refugio de la pobreza en el campo", comentó Oscar.

En un comunicado de nueve puntos, leído ante el reportero, el EPR-PDPR considera que el gobierno trata de ocultar sus bajas en combate al darles un carácter no militar, como ocurrió en el guerrerense poblado de Encinos Prietos, donde habrían fallecido treinta soldados: "Quieren llamarles cocineros, sirvientes, compradores de comida y seguir insistiendo en que somos una pantomima".

Señalaron: "No deseamos la guerra y no queremos declararla, pero no podemos quedarnos cruzados ante el crimen y la impunidad como forma de gobierno". Criticaron la desaparición y el "asesinato político" y, en general, "la represión masiva y selectiva" que se ha generado en Guerrero y en otras entidades atravesadas por la sierra Madre Oriental.

El "accionar" del EPR, indicaron, "tiene y tendrá un carácter de autodefensa". Advirtieron que solamente responderán a la represión gubernamental y precisaron que no intentan sustituir la lucha legal ni obstaculizar los procesos electorales de Guerrero e Hidalgo.

Si el gobierno quiere evitar una salida militar, "debe renunciar" y dar paso a la conformación de un nuevo régimen, señalaron.

Rechazaron "la política injerencista de los Estados Unidos en relación al conflicto armado interno", la cual, dijeron, se presenta "al recomendar descaradamente una mayor concentración de tropas, así como proporcionar equipo, armamento y asesores militares para reprimir al pueblo y aplastar el movimiento armado revolucionario".

El comandante Oscar acusó al gobierno de mantener como rehenes a ``luchadores sociales injustamente encarcelados.

"Ante la amenaza de una mayor represión y ante el baño de sangre que prepara el gobierno, llamamos al pueblo y a las organizaciones sociales y políticas a la más amplia movilización política para exigir que renuncie a esta pretensión, que sólo agudiza el conflicto armado, y dé marcha atrás a las medidas represivas instrumentadas para aplastar el movimiento armado revolucionario y solucione las causas que han dado origen a éste", leyó Oscar ante una cámara de video de ocho milímetros, operada por un escolta desde la parte posterior de la habitación iluminada de manera tenue.

La matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, el 28 de junio de 1995, correspondió a "un acto típico de contrainsurgencia". Fue un "mensaje de escarmiento" decidido "por el Ejecutivo federal", el cual intentaba "amedrentar e inhibir el desarrollo de la lucha política y el posible desarrollo de fuerzas revolucionarias armadas" que aparecieron en Guerrero precisamente un año después, afirmaron a La Jornada los comandantes Vicente y Oscar del Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Los dirigentes del EPR en el valle de México, integrantes de la comandancia general de esa organización, expresaron que la cobertura federal y priísta dada al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, correspondió al intento de disminuir al máximo la posibilidad de que se afectara, primero, la representación del Ejecutivo estatal, y en segundo término, la responsabilidad federal en un acto de cuya preparación "el Ejecutivo federal estuvo al tanto", expresó el comandante Oscar.

Esta es la primera versión que se hace pública, desde la clandestinidad, del punto de vista del grupo armado que apareció el 28 de junio de 1996, cuando se conmemoraba un año del asesinato de guerrerenses integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS). La guardia cambia cada 20 minutos. Ni el mejor observador notaría más que el movimiento del pañuelo rojo ante la silenciosa respiración de los escoltas asignados durante la entrevista.

El comandante Oscar señala que el propósito de la aparición del Ejército Popular Revolucionario "correspondía a la necesidad de dar respuesta política a la militarización y represión incrementada por el gobierno en el país y particularmente en Guerrero".

Alude a la matanza del año anterior en contra de "una organización campesina, como muchas de las que hay en el estado, de Guerrero".

Descalifica "por absurdas" las versiones propaladas acerca del supuesto vínculo del EPR con grupos de presión en Guerrero, ligados a Rubén Figueroa Alcocer o con sectores del narcotráfico en la entidad, que es la primera productora de amapola en el país.

"El gobierno no solamente trató de desvirtuar, de deformar, sino que permitió la total impunidad en el castigo a los autores de esta masacre, que es de todos sabido, fue en principio Rubén Figueroa", señala el mando militar, siempre con la metralleta Uzi vertical sobre el muslo; por momentos la abraza con las dos manos.

Los entrevistados lamentan el "comentario apresurado" de Cuauhtémoc Cárdenas, que los señaló como parte de "una pantomima" y reconoce "la habilidad propagandística" del secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet Chemor, quien dijo poco después lo mismo para emparentar la reacción del gobierno a la del Partido de la Revolución Democrática (PRD), adoptando incluso posturas más críticas.

El reportero recuerda que en ese acto Cárdenas Solórzano ya se había retirado del presidium en Aguas Blancas, Guerrero. Habían pasado cinco minutos, cuando a las 15:50 de ese 28 de junio apareció el comando del EPR:

"Nuestra presentación se iba a hacer independientemente de las personalidades que ahí estuvieran. Nos interesaba que estaban ahí los afectados por esa represión'', señala a los enviados el comandante Vicente.

En la historia del estado de Guerrero, recuerdan, ha quedado el levantamiento de Genaro Vázquez Rojas. Resultó, dicen, de la represión del Movimiento Cívico Guerrerense, cuando mataron a ocho campesinos.

Afirman no olvidar que en un mitin en una escuela de Atoyac, en 1967, fueron asesinados nueve campesinos con lo que Lucio Cabañas dio por cerrada la lucha electoral.

-¿De quiénes fue la responsabilidad de la matanza de junio de 1995? ¿Habría intención de contener la aparición de un nuevo grupo armado, en este caso el EPR?

-En primer lugar, toda actuación policiaca o militar a nivel de un estado, no está desligada de la voluntad del gobierno federal. Saben perfectamente qué es lo que sucede, qué es lo que va a suceder. Obviamente aquí había toda una planificación por parte del gobierno federal, por parte de Inteligencia Militar, por parte de los altos mandos del Ejército federal. La llevaron a la práctica en ese lugar (el vado de Aguas Blancas). En cuanto a lo de prever alguna situación en relación con nosotros, consideramos que más que nada era contra el pueblo y para tratar de amedrentar e inhibir el desarrollo de la lucha política de los campesinos y el posible desarrollo de fuerzas revolucionarias armadas (de las) que ya habían tenido antecedentes en décadas anteriores. El gobierno no tenía todavía una idea concreta sobre nosotros como EPR. Con el Ak-47 recostado en las piernas pero siempre controlado -pesa ahora 3.6 kilogramos porque tiene el cargador de 30 tiros lleno- el comandante Vicente toma la palabra.

"Al respecto hay otros elementos que debemos señalar. Lo que aconteció en Aguas Blancas, como se menciona, fue un acto preparado, un acto típico de contrainsurgencia. La masacre fue eso.

También lleva en sí un mensaje a todas aquellas organizaciones que a lo largo del país, como consecuencia de la crisis económica y de la falta de derechos políticos, vienen manifestándose de diversa manera, entonces la matanza en Aguas Blancas es un mensaje, es un escarmiento que el Estado envía a todas esas organizaciones".

-¿Entonces ustedes sostienen que en el Ejecutivo federal o en un sector del Ejército Mexicano, se conocía anticipadamente lo que ocurriría?

-Pensamos que el Ejecutivo federal ha estado al tanto de acontecimientos tan deleznables como éste. Si bien es cierto (que) trata de delegar a las responsabilidades inferiores, eso no lo exime de su responsabilidad al frente de un gobierno represivo, asesino, que no sólo reprime a los campesinos sino que entre ellos mismos se andan matando.

En la habitación de tres por siete metros, no se advierte si hay o no luz afuera. Los dos focos de arriba están cubiertos por una tela que se extiende por todo el techo. El cuello del reportero quedó adolorido del viaje que hicieron informador y fotógrafo en tres vehículos, siempre agachados y vendados.

El gobierno, dicen, trató desde el primer momento "de desvirtuar" la aparición del Ejército Popular Revolucionario.

"Antes de nuestra irrupción, nuestra presentación en Aguas Blancas, se estaba desarrollando ya un proceso de militarización y represión muy fuerte en todas partes del país. Desvirtuaron información sobre nosotros para que, primero, se evitara al pueblo ver con esperanza y simpatía esta presentación de un nuevo ejército revolucionario y, en segundo lugar, para tratar de detectarnos y aniquilarnos.

"Esa fue la situación que se presentó después de nuestra presentación. Cuando el propio gobierno empieza a ver que sus planes no fructifican, que empieza a reprimir y a capturar a supuestos combatientes del EPR, que no han sido más que campesinos, algunos que han denunciado que participan en alguna organización campesina, hay otros que no, que simplemente son ciudadanos. Cuando se da esa situación, el gobierno en lugar de detenerse aumenta sus planes, aumenta la represión contra esos sectores y la extiende a otras partes del país, como sucedió con el incremento de militarización en Oaxaca, Hidalgo, etc", comenta a La Jornada el comandante Vicente.

Agrega que en ese contexto "hace diez días y como parte de los planes que tienen para tratar de aniquilarnos, el secretario de Gobernación mencionó que existen detectadas tres fuerzas políticas que están atrás del EPR".

-¿Qué quieren decir exactamente con que el gobierno federal "prepara un baño de sangre"?

-Porque esa afirmación del responsable de Gobernación es un anuncio de que golpeará a organizaciones políticas o sectores sociales vinculándolos con nosotros, aunque eso no sea cierto y con relación a nuestra organización anuncia que lo único que procede con el EPR es aniquilarlo.

"Bueno, eso ha querido hacer desde que nos dimos a conocer, pero no ha podido. Eso lo hace para tratar de justificar su incapacidad, su ineptitud en la lucha por tratar de destruirnos; al no lograr eso, pues con el pretexto de que ya tiene detectado quiénes son los que están atrás del EPR, inicia ataques contra la población. A ese tipo de amenaza es a la que nos referimos cuando decimos que prepara un baño de sangre, porque es lo que está preparando realmente. Es a lo que damos respuesta".

-¿Notan que, a diferencia del otro movimiento armado, ustedes hayan sido perjudicados por el aislamiento de la opinión pública, por un sector de la intelectualidad en el país?

-No lo hemos sentido así. Consideramos que ha habido un proceso de satanización, de estigmatización a determinadas organizaciones que se integraron para formar el Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR), extensión política del Ejército Popular Revolucionario.

Un miliciano cambia el casete que se terminó en una grabadora Sony con micrófono extensible, propiedad del EPR.

"Existe ese antecedente, pero no consideramos que estuviera justificado porque con todo y esa campaña que desató el gobierno y que algunos intelectuales, algunas personalidades públicas le dieron fe, en algunos casos con dolo, en otros casos por desconocimiento de la realidad de esas organizaciones revolucionarias, sentimos que no ha habido tal aislamiento".

Añade que si bien "desvirtuar" era originalmente el objetivo gubernamental, ello ya pasó a segundo plano y ahora predomina "la contrainformación" que propagan entre periodistas supuestamente informados a quienes hablan de vínculos con grupos de presión y narcotraficantes.

"Eso es un total absurdo", señala de inmediato el comandante Oscar, cuando el reportero sugiere en su pregunta tales relaciones. La demostración de ese absurdo la dan los 23 mil soldados desplegados en el estado de Guerrero, argumenta el jefe guerrillero.

"Otra fuente dice que son 19 mil. Claro a eso hay que restarle los 59 soldados que han caído", apunta.

Una risilla espontánea se escucha entre los miembros del pelotón escolta.

"En cuanto a lo del narcotráfico podemos decir que es un recurso ya también gastado por parte del Estado mexicano y que forma parte de sus instrumentos de contrainsurgencia para tratar de desacreditar no solamente a fuerzas revolucionarias que lo están enfrentando, sino a sectores sociales, luchadores sociales que al acusarlos de que están vinculados al narcotráfico trata de restarles legitimidad y así reprimirlos fácilmente".

El narcotráfico en México, explica, ha sido un proceso en el que ha estado inmerso el gobierno y sectores de la oligarquía financiera mexicana:

"Esto por el hecho de que la riqueza que se genera del narcotráfico ofrece mucho más velocidad de enriquecimiento, es ultrarrápido en relación con otros procesos de capitalismo supuestamente legal. No les cuesta mucho hacerlo. Invierten y ponen a los profesionales a trabajar para sus ganancias estratosféricas. Tienen facilidad de encubrir el lavado de dinero en grandes empresas. Se acerca esto al narcoestado y a la narcopolítica".

-Dice el gobernador de Guerrero, y se menciona en cierta dependencia federal, que su propósito como grupo foquista es sembrar la incertidumbre social, textualmente citado.

-Nosotros podemos decir como el refrán: el león quiere hacer creer que todos son de su condición. El único o verdadero desestabilizador que hay en este país es el gobierno opresor, es la burguesía financiera a la que está sirviendo y no otros. Ellos son los únicos desestabilizadores de este país. Realmente, en el caso de nosotros, hemos estado actuando y emergemos como una fuerza que desarrolla la autodefensa ante esa represión, ante ese clima de violencia generalizado económica, policiaca y militarmente por parte del gobierno en contra del pueblo. En medio de un corto silencio cae al suelo un cargador. Es el cargador de baterías de la video del Ejército Popular Revolucionario.

Los integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el país ``son suficientes'' para enfrentar cualquier decisión represiva del gobierno y mantener "nuestra autodefensa" ante la militarización del país, aseguran los comandantes Oscar y Vicente.

Ante el EPR, sostienen, el Ejército federal "ha evidenciado lentitud y su incapacidad de resolver la contradicción que se le presenta crecientemente entre dispersarse o concentrarse".

"Somos bastantitos", responde a la pregunta correspondiente el comandante Oscar, de la dirección nacional del grupo.

-Según algunas estimaciones ustedes son poco más de 300 hombres.

-Bueno esa estimación ya nos favorece mucho. Emilio Chuayffet -secretario de Gobernación- decía que somos 30. Ya vamos de gane.

Su comentario es seguido de la risa del pelotón que lo escolta junto con el comandante Vicente.

El jefe del grupo armado manifiesta que en la situación de deterioro del sistema político el PRI podría tener un último presidente civil en el año 2000, "pero con las siglas del PAN, un presidente del PRI con los colores blanco y azul".

Estima que la labor del Partido de la Revolución Democrática (PRD) "es muy loable porque trata de presentar una opción organizativa a la gente".

Afirma que en enero de 1994, hasta el momento en que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) aceptó dialogar con el gobierno, ``contribuimos con nuestro granito de arena'' en la realización de "operativos de hostigamiento" al Ejército Mexicano en el valle de México -en las inmediaciones del Campo Militar Número 1-, en Hidalgo y Guerrero.

Lo de los compañeros de Chiapas nos pareció una situación muy hermosa. Nos solidarizamos con ellos en la medida en que pudimos. Reivindicamos públicamente nuestros operativos. Cuando el EZLN acepta el diálogo dijimos perfecto, aquí no hacemos falta.

Si surgiera un desaguisado que llevara al EZLN a abandonar el diálogo, "tendrían nuestro modesto apoyo, como ya tienen nuestro respeto.

"En cuanto a la cantidad de los efectivos, de los militantes, de los combatientes, pues sí somos, podemos decir, bastantitos. Ya nos iremos dando a conocer, como decimos nosotros, en el accionar contra el gobierno y el Ejército".

Asegura que no existe predominio de ninguna de las 14 organizaciones que se fusionaron para integrar al EPR. Sólo quedó privilegiada, dice, la experiencia que muchas de ellas adquirieron durante años de clandestinidad.

En la antesala del informe presidencial afirma que éste "no tiene mayor relevancia: es un nuevo acto ritual de que con 7.2 por ciento de crecimiento el país está saliendo de la crisis, que la situación con la reforma electoral va viento en popa, que el pueblo quiere que el Ejército ande en la calle".

-Se ha manejado que ustedes son responsables de secuestros en el estado de Morelos y en otras zonas del centro y norte del país. Ustedes ya han reconocido que esa es una fuente de financiamiento.

-No tenemos ninguna relación con Morelos ni con Baja California. Hablemos más. La noche es larga. Respuesta inusualmente corta en la conversación, lo dicho por el comandante Oscar advierte de la renuencia a tocar el tema.

-¿Han tenido bajas?

-En lo que llevamos de actuación pública como fuerza revolucionaria armada hemos tenido una sola baja. Esto no es propaganda. Es real. Fue en la primera emboscada que se hizo a un camión militar en Guerrero. Ahí se le hicieron al Ejército cinco muertos y cuatro heridos. A un combatiente nuestro lo hirieron en un brazo, pero ya está otra vez en las emboscadas. Ante los comandantes del EPR se muestra un recorte de periódico en el que se asegura que están identificados algunos de los principales dirigentes del grupo.

-Es un esfuerzo muy elemental que favorecería a Inteligencia Militar para presentarlos como eficaces, y de ellos por tratar supuestamente de presentar como algo creíble la identidad de ciudadanos que pudieran estar vinculados con organizaciones revolucionarias que integraron al EPR. Cíclicamente vuelven a revivir los mismos datos. Algunos de los que señalan habrán muerto, otros se retiraron de la lucha, otros mencionados nunca han tenido nada que ver.

El comandante Vicente sostiene que el PRI y el PAN se acercan entre sí. Ante ellos el PRD "es un partido que trata de ofrecer una alternativa de organización, desarrolla un proceso de cambio por sus propias vías, la electoral, la vía pacífica. Ellos sí están separados de lo que es bipartidismo de Estado".

-Hay quienes consideran que ustedes carecen de un programa político nacional.

-Deben pensarlo así porque no conocen los 45 puntos que ya planteamos. De ellos sólo destacaré cuatro definiciones que consideramos grandes reformas institucionales que sólo pueden concretarse a partir de una revolución democrático popular.

Hace tres horas que el reportero y el fotógrafo superaron el mareo originado durante más de dos horas y media de viaje con los ojos vendados y la cabeza agachada. Un teniente del EPR, armado con una subametralladora, trajo dulces para imponerse a la náusea.

El comandante Oscar retoma la plática: "Destacaré lo que se refiere a la formación de un nuevo gobierno, la creación de una nueva Constitución, el reordenamiento de la economía nacional y la instauración de la auténtica república", agrega el mando del EPR mientras se escucha el accionar de la cámara de Pedro Valtierra.

Agrega que El Barzón, el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN), así como el espacio de Convergencia Nacional revelan "la gran inquietud social y la toma de conciencia de la necesidad de pugnar por cambios sustanciales en la realidad económica y social que vive México".

El sistema político, expresa, "sufre un proceso de putrefacción".

En él "los del PAN tratan de relevar al PRI. Podremos decir a lo mejor que el PRI podría tener un presidente más, pero en el PAN; y el PAN podría tener a un presidente sí es un priísta, pero con el logotipo azul y blanco".

Con el deterioro social que se presenta, las clases medias "han sido acorraladas por la crisis económica, por el desempleo, por la voracidad de los grupos financieros, especialmente por la banca. Ahora pueden contribuir y complementar el proceso de la lucha democrática revolucionaria. Sus intereses son también intereses del pueblo. Nunca habían sido tan afectados".

Los milicianos del pelotón de escolta son instruidos para guardar descanso sentados en el piso.

Dormirán después de vigilar la retirada de los comandantes y la estancia de los informadores.

-¿Por qué se incorporaron ustedes y los jóvenes a la lucha armada?

-Si hablamos de causas podemos hablar de tantas como individuos presentes hay aquí. Hay muchas causas particulares que forman el cuadro, el mosaico del deterioro social y político en el país.

El comandante Vicente asegura que el EPR se nutre de indígenas, campesinos, amas de casa, obreros, intelectuales. Destaca especialmente la participación de las mujeres, "en quienes se descarga de manera más cruda la explotación, las carencias, la represión".

-Fidel Castro comentó poco después del alzamiento en Chiapas que el EZLN había alcanzado prestigio mundial sin el dolor que vivieron los revolucionarios cubanos. El subcomandante Marcos dijo después que ustedes, "con una emboscada propagandística", son ya reconocidos implícitamente como fuerza beligerante...

-En este caso Castro alude a una experiencia que sí fue muy dolorosa para lograr lo que lograron. Si dijo eso lo dijo con fundamento, y ya lo que dijo Marcos en relación a nosotros diríamos que también tiene su fundamento. No lo vemos como una cuestión dolosa o algo parecido. El dice que sin echar tiros lo conseguimos, aunque allí le falló un poquito, porque luego de la presentación en Aguas Blancas se dio el primer enfrentamiento contra la Judicial en Guerrero. Ya no fue tan limpia la presentación pero sí, indudablemente, tuvo un efecto publicitario bastante grande.

-Hay ex guerrilleros que dicen que la lucha armada es insensata...

-A eso diremos que es una conclusión insensata. Carece totalmente de autoridad moral quien abjuró de sus principios con el pretexto de que no había condiciones, más aún, si está del lado del gobierno haciéndose corresponsable de la represión.

Un portazo en la madrugada despierta a los milicianos que no hacen guardia.

El vehículo que nunca ven los informadores está listo para dejarlos en un estrecho callejón cercano al Eje Central.