País
Historia de los Tupamaros
Biblioteca
Fondos bibliográficos
Autor
Fernández Huidobro, Eleuterio
ISBN
9974-1-0386-X; 9789974103863
Localizador
Bib-01/3
Núm. Páginas
419 pp.
Datos de Edición
[Montevideo]: Ediciones de la Banda Oriental, 2005.
Contenido
No existe una historia "oficial" del MLN. El MLN no la tiene, ni tiempo para tenerla.
Ojalá que nunca tenga.
Porque: ¿qué significaría una historia "oficial" en una Organización como la de los Tupamaros?
La muerte, la parálisis, el esquema... la Academia.
Al fin de cuentas lo mismo sucede con todas las instituciones humanas y con la humanidad misma en todo lo que tiene que ver con eso a lo que llamamos Historia.
No somos tampoco nosotros, por haberla vivido, los que estamos en las mejores condiciones para dotar de una fría objetividad lo que aportamos a modo de versión histórica.
Reconocemos de antemano, por lo tanto, nuestra forzosa visión subjetiva de los hechos por más empeño que pongamos -que lo pondremos- en ser objetivos (desalmadamente objetivos, tenemos ganas de decir).
Pero parece sí indispensable para llegar a la objetividad que los tupamaros demos nuestra visión y, más elementalmente, los datos, los simples datos necesarios para saber y para entender.
Por las características propias del MLN, por las circunstancias atravesadas, resulta obvio que aún hoy en día se ignore, de los tupamaros, a pesar de lo mucho que sobre ellos se ha escrito, las cosas más elementales. ¡Y cuánto se ha improvisado en las "historias" que por ahí andan! ¡Cuánto se ha especulado! Tal vez no había más remedio frente a la ignorancia de los hechos.
Que se nos perdone entonces la forzosa primera persona del singular en la que tendremos que hablar. A la que tenemos que apelar para ser claros y para no dejar lugar a dudas en lo que acabamos de decir: estamos dando nuestra versión de los hechos.
Es natural y legítimo que otros compañeros tengan otros puntos de vista, otros datos de los que nosotros carecemos, otros aportes...
El segundo objetivo de este trabajo es ese, justamente: que los demás tupamaros agreguen, que los compañeros analicen las carencias y las cubran.
Que el pueblo sepa.
El tema de este trabajo es el MLN. Cuando nos abocamos a él, nos invade la tentación, volviendo sobre el pasado, de hablar de todo y de tantas cosas y corremos el riesgo de dispersarnos incurriendo en la temeridad de pretender escribir una monumental historia de América Latina en los últimos años...
Debemos por lo tanto ceñirnos rigurosamente al tema, en homenaje a la claridad, en homenaje al reconocimiento de nuestras menguadas fuerzas y en homenaje a la brevedad.
De ahí que sólo tratemos cosas que afecten directamente la necesaria nitidez para iluminar el tema elegido. No podremos más que acudir, por fuerza, brevemente, a los datos mínimos indispensables, laterales al tema, para brindarle el marco de referencia imprescindible.
Por otra parte, bastantes y bastante buenos trabajos se han publicado a lo largo de estos años desde los más diversos puntos de vista sobre cuestiones económicas, políticas y sociales. Y como nos dirigimos en primer lugar al pueblo uruguayo, le bastará al lector acudir a su memoria para encuadrar este relato en las circunstancias generales. De lo que se trata aquí, según nuestra opinión, es de aportar los elementos propios e intransferibles del MLN, muchos de ellos desconocidos hasta ahora, para que el cuadro general pueda ser completado con lo que a nosotros nos tocó o nos toca.
Hemos planificado entregar este trabajo en tomos de tamaño reducido considerando en primer lugar los costos. El costo de los libros para el bolsillo de los trabajadores...
Ese imperioso dato, que tanto conoce y tan vitalmente nuestro pueblo, hace poner límites, que son también una parte del respeto que le debemos a la gente, en la cantidad de páginas, de frases, de letras...
Pero dichos tomos respetarán en su contenido los períodos en que es dable dividir la historia del MLN, por lo que será posible seguirla sin rupturas artificiales.
Que nadie busque en las páginas que siguen, la más mínima mención a los traidores. Dante puso sus almas en el Infierno cuando aún estaban vivos. En la tierra quedaron cuerpos sin almas, muertos que caminan desde el instante mismo en que cometieron l a traición.
Sencillamente no existen.
Y menos en este libro, parte de nuestra sentida memoria, donde alientan y trajinan con los sueños intactos, más vivos que nunca, nuestros héroes, nuestros caídos, los torturados, las torturadas... Sería criminal contaminarlos.
Para terminar: este libro no puede tener dedicatoria. Porque dedicárselo a los compañeros —únicos a quienes cabría dedicarlo— sería un flagrante atrevimiento desde que los compañeros son los únicos dueños y autores de esta historia: quienes la han hecho con su militancia, su sangre y sus vidas. Nosotros no somos más que escribientes de los compañeros.
Que ellos, todos, la dediquen a quienes más quieren.
Eleuterio Fernández Huidobro
Montevideo, junio de 1986
Ojalá que nunca tenga.
Porque: ¿qué significaría una historia "oficial" en una Organización como la de los Tupamaros?
La muerte, la parálisis, el esquema... la Academia.
Al fin de cuentas lo mismo sucede con todas las instituciones humanas y con la humanidad misma en todo lo que tiene que ver con eso a lo que llamamos Historia.
No somos tampoco nosotros, por haberla vivido, los que estamos en las mejores condiciones para dotar de una fría objetividad lo que aportamos a modo de versión histórica.
Reconocemos de antemano, por lo tanto, nuestra forzosa visión subjetiva de los hechos por más empeño que pongamos -que lo pondremos- en ser objetivos (desalmadamente objetivos, tenemos ganas de decir).
Pero parece sí indispensable para llegar a la objetividad que los tupamaros demos nuestra visión y, más elementalmente, los datos, los simples datos necesarios para saber y para entender.
Por las características propias del MLN, por las circunstancias atravesadas, resulta obvio que aún hoy en día se ignore, de los tupamaros, a pesar de lo mucho que sobre ellos se ha escrito, las cosas más elementales. ¡Y cuánto se ha improvisado en las "historias" que por ahí andan! ¡Cuánto se ha especulado! Tal vez no había más remedio frente a la ignorancia de los hechos.
Que se nos perdone entonces la forzosa primera persona del singular en la que tendremos que hablar. A la que tenemos que apelar para ser claros y para no dejar lugar a dudas en lo que acabamos de decir: estamos dando nuestra versión de los hechos.
Es natural y legítimo que otros compañeros tengan otros puntos de vista, otros datos de los que nosotros carecemos, otros aportes...
El segundo objetivo de este trabajo es ese, justamente: que los demás tupamaros agreguen, que los compañeros analicen las carencias y las cubran.
Que el pueblo sepa.
El tema de este trabajo es el MLN. Cuando nos abocamos a él, nos invade la tentación, volviendo sobre el pasado, de hablar de todo y de tantas cosas y corremos el riesgo de dispersarnos incurriendo en la temeridad de pretender escribir una monumental historia de América Latina en los últimos años...
Debemos por lo tanto ceñirnos rigurosamente al tema, en homenaje a la claridad, en homenaje al reconocimiento de nuestras menguadas fuerzas y en homenaje a la brevedad.
De ahí que sólo tratemos cosas que afecten directamente la necesaria nitidez para iluminar el tema elegido. No podremos más que acudir, por fuerza, brevemente, a los datos mínimos indispensables, laterales al tema, para brindarle el marco de referencia imprescindible.
Por otra parte, bastantes y bastante buenos trabajos se han publicado a lo largo de estos años desde los más diversos puntos de vista sobre cuestiones económicas, políticas y sociales. Y como nos dirigimos en primer lugar al pueblo uruguayo, le bastará al lector acudir a su memoria para encuadrar este relato en las circunstancias generales. De lo que se trata aquí, según nuestra opinión, es de aportar los elementos propios e intransferibles del MLN, muchos de ellos desconocidos hasta ahora, para que el cuadro general pueda ser completado con lo que a nosotros nos tocó o nos toca.
Hemos planificado entregar este trabajo en tomos de tamaño reducido considerando en primer lugar los costos. El costo de los libros para el bolsillo de los trabajadores...
Ese imperioso dato, que tanto conoce y tan vitalmente nuestro pueblo, hace poner límites, que son también una parte del respeto que le debemos a la gente, en la cantidad de páginas, de frases, de letras...
Pero dichos tomos respetarán en su contenido los períodos en que es dable dividir la historia del MLN, por lo que será posible seguirla sin rupturas artificiales.
Que nadie busque en las páginas que siguen, la más mínima mención a los traidores. Dante puso sus almas en el Infierno cuando aún estaban vivos. En la tierra quedaron cuerpos sin almas, muertos que caminan desde el instante mismo en que cometieron l a traición.
Sencillamente no existen.
Y menos en este libro, parte de nuestra sentida memoria, donde alientan y trajinan con los sueños intactos, más vivos que nunca, nuestros héroes, nuestros caídos, los torturados, las torturadas... Sería criminal contaminarlos.
Para terminar: este libro no puede tener dedicatoria. Porque dedicárselo a los compañeros —únicos a quienes cabría dedicarlo— sería un flagrante atrevimiento desde que los compañeros son los únicos dueños y autores de esta historia: quienes la han hecho con su militancia, su sangre y sus vidas. Nosotros no somos más que escribientes de los compañeros.
Que ellos, todos, la dediquen a quienes más quieren.
Eleuterio Fernández Huidobro
Montevideo, junio de 1986